Dolores de parto

Dr. Michael LaitmanPregunta: Se nos dice que el «Creador es bueno y benevolente». Entonces, ¿Qué significan las palabras «en dolor darás a luz a los hijos»? ¿Cuál es el significado de este dolor y sufrimiento?

Respuesta: El parto implica sufrimiento y dolor, y mientras leemos la Torá nosotros estamos bajo la impresión de que el Creador es especialmente cruel con las mujeres. Él le dice a la mujer: «Tu deseo será por tu marido y él te dominará». Como si se trata de dos fuerzas opuestas, pero ambas se dirigen hacia la misma causa.

Maljut, nuestro deseo, anhela la fuente del llenado, Zeir Anpin, la parte masculina. Es más, éste existe en cada uno de nosotros, tanto en el hombre como en la mujer. Nosotros anhelamos la fuente de llenado y este llenado egoísta gobierna sobre nosotros y no podemos hacer nada al respecto. Esta es la actitud de la parte femenina hacia la parte masculina.

«Con dolor darás a luz a los hijos», significa que el nacimiento de cada nuevo nivel, de cada nueva sensación, de cada alcance, se logra a través del camino de los sufrimientos.

Cada vez se revela en nosotros un ego mayor, entonces, cuando atravesamos muchos estados durante mucho tiempo, nosotros empezamos a ver que son malos y que hay que salir de ellos como de Egipto, saltar como el hueso de una cereza, bajo la misma presión que sale un bebé exitosamente del vientre de su madre durante el parto.

Pero cada parto implica dolor, puesto que nacimiento es cada nuevo nivel en el que están implicadas dos fuerzas opuestas, una de ellas es la fuerza de inhibición del embrión, dado que el ego se aferra a él y no lo deja salir y al mismo tiempo se revela también la fuerza de empuje altruista, que empuja la fruta hacia afuera y no quiere mantenerla dentro.

La lucha entre estas dos fuerzas opuestas crea un proceso de transición llamado «dolor», «con dolor darás a luz a los hijos». En general, todos los fenómenos corporales surgen de la espiritualidad. Así nacemos en cada nivel.

De tal manera que tenemos que aproximarnos a los estados espirituales al entender que el grupo es el «vientre», y en él tenemos que crear las dos fuerzas opuestas. Una de ellas es la fuerza egoísta que nos sostiene y la otra es la fuerza altruista de rechazo que suscita nos eleva. Al dejar por fuera la fuerza que nos sostiene, nosotros nacemos sólo por medio de la fuerza que nos empuja y que nos lleva hacia adelante.

Este proceso espiritual es típico de los hombres, quienes lo atraviesan en cada nacimiento espiritual, en cada nivel espiritual, exactamente igual que las mujeres.

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De la Convención en Krasnoyarsk, día uno del 6/14/13, Lección 3

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