A veces lo miro y tengo la impresión de que ya está cansado de hacer constantes llamamientos a la humanidad para que siga el buen camino.
Mi respuesta:
No veo el final, veo que solo los buenos golpes nos convertirán en personas correctas; a veces son internos, a veces externos, no importa de qué tipo, lo principal es que tienen un efecto, si los internos no ayudan, entonces entran en juego los externos, y así una persona crece gradualmente.
Pregunta:
¿Nadie puede escapar de esto?
Respuesta:
Este es un proceso natural. Pero hay formas deseables e indeseables en él. Hay dos caminos paralelos: el camino de la luz, cuando te invocas a ti mismo exigiendo que te cambie, y el camino del sufrimiento cuando te empujan con un “palo a la felicidad” como un niño travieso hasta que te vuelves más inteligente y empieza a pedir que te cambien a ti mismo.
Pero, ¿cuánto tiempo pasa antes de que estos golpes cambien a una persona?