El anti-semitismo nació en el Monte Sinaí

La ley del desarrollo nos lleva a una conexión mutua en constante incremento, que requiere que tengamos buenas relaciones uno con otro. Pero mientras más sistemas de comunicación erigimos, más sube el lado opuesto: juegos diplomáticos, guerra y rompimiento de relaciones.

Por otra parte, de acuerdo al desarrollo de la naturaleza, siempre buscaremos unirnos, porque es lo que demandan las tecnologías avanzadas y la vida moderna. Hemos cambiado de la conexión en pequeños grupos que existía hace miles de años entre la gente que vivía en cuevas, a un estado de total desunión y ahora, debemos unirnos nuevamente en un nuevo nivel.

La humanidad desea avanzar hacia la conexión, trata de crearla. Un ejemplo es la Unión Europea, varias organizaciones internacionales y sindicatos. Pero esos esfuerzos no son fructíferos; todos están condenados al colapso y a una enemistad aún mayor a la que existía antes de la unión. Pues, los europeos no pueden conocer la ley “ama a tu prójimo como a tí mismo.”

Para realizar su sueño y convertirse en una Europa verdaderamente unida, debería existir un mínimo acercamiento entre las naciones y espíritu y atracción mutuos. De forma natural existe odio, repulsión y separación entre las naciones. Por lo tanto, necesitamos crear atracción mutua, pero no se puede hacer. Pues, el método de corrección sólo puede llegar de Israel.

Si Israel no provee el método de corrección, un tremendo antisemitismo surgirá nuevamente en Europa. Toda la “Europa unida”, sus tres docenas de estados, serán como la Alemania Nazi hace ochenta años. El mismo futuro le espera a norte y sud América.

Todos están preparados para eso. Ha llegado la hora de que Israel le muestre al mundo el método de conexión. Si no lo hacemos, las naciones del mundo, instintivamente, nos van a culpar, una y otra vez.

El antisemitismo nació en el Monte Sinaí. Moisés descendió con el método de la corrección del egoísmo y al mismo tiempo, en paralelo, el odio hacia los judíos descendió a las naciones del mundo. Es necesario usar la Torá para corregir el odio que reciben de arriba, del Creador  

El pueblo de Israel está en medio, entre la Torá y las naciones del mundo y debe poner una frente a otra. Si no cumplimos esta misión, estaremos atados a ella desde arriba y desde abajo.

Por lo tanto, no se debe pensar que el estado de Israel fue creado como refugio para los judíos. Por supuesto que les sirve de refugio, pero la pregunta es, ¿para qué? ¿para qué vivimos? Esta pregunta sobre el significado de nuestra existencia debe despertarnos para encontrar la respuesta correcta. Vivimos para poner en práctica la ley “ama a tu prójimo como a ti mismo” y para convertirnos en luz para las naciones. Es decir, para enseñar al mundo cómo lograrlo.

De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá, 7/feb/18, con el tema “El día de unión de la nación israelita”

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