El gen oculto del desarrollo

Si no existiera la chispa de otorgamiento dentro del deseo de disfrutar, esta no se desarrollaría. ¿Cómo evolucionó un ser humano a partir de un mono? Un simio opera exclusivamente por instinto, y surge una gran pregunta: ¿Cómo en el proceso de evolución, de qué tipo y clase, y de qué manera un ser humano aparecen de repente? ¿Cómo podría desarrollarse a partir de un animal?

Su deseo de conocer la fuerza superior, a su Creador, eleva un ser humano por encima del animal. Esto se explica por la presencia de la chispa espiritual que se desarrolla dentro de un ser humano. Esta chispa puede ser de cuatro tipos, de cuatro niveles, y esa es la razón por la cual hay diferentes tipos de personas que se acercan en mayor o menor medida al trabajo espiritual.

Si la chispa espiritual comienza a hablar dentro de mi deseo de disfrutar, yo ya tengo dos cualidades: una en contra de la otra. Puedo comparar y decidir qué hacer: trabajar por el bien de mi egoísmo o por el bien de la chispa de otorgamiento.

La chispa de otorgamiento puede traerle una gran ganancia a mi deseo de disfrutar. Si hubiéramos sido guiados únicamente por el deseo de disfrutar, hubiéramos permanecido como animales que no evolucionan. Pero si tenemos la chispa que porta la fuerza de otorgamiento, empezamos a utilizarla en beneficio nuestro. Así, se desarrolló la humanidad.

En un principio, un hombre solía llevar su presa a su cueva sólo para su familia. Pero luego él vio que era demasiado, y que su familia no podía comerla toda. Luego le dio la mitad a su vecino y la cambió por algo útil. El deseo egoísta estaba en constante crecimiento, y él no quería solo compartir con todos, así que comenzó el beneficioso intercambio mutuo.

El deseo de disfrutar estaba creciendo, el deseo de otorgar iba creciendo al mismo tiempo, y el ser humano estaba volviéndose más listo. Él inventó el comercio y los mercados, que existe hasta nuestros días. Sólo esto estimuló todo nuestro desarrollo, como se nos dice: «Vayan y ganen dinero entre ustedes».

Pero esta no fue la principal ganancia, lo fueron las cualidades que hemos aprendido unos de otros en el transcurso de este comercio. Así, el deseo de disfrutar estaba creciendo debido a la presencia del deseo de otorgar en él.

(75193 – De la 3º parte de la lección diaria de Cabalá del 11 de Abril del 2012, «La Puerta de las Intenciones»)

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