El mal del ego bajo los rayos X del odio

Dr. Michael LaitmanNosotros examinamos el amor en relación al odio que se despierta en la persona hacia la fuente del mal: si ella puede amar la fuente de su sufrimiento, a pesar de sentirse mal. Por medio de esto, ella tiene que aislarse del mal, del lugar en el que siente el sufrimiento, como si ésta no fuera su naturaleza.

Este es un punto muy delicado. En la naturaleza egoísta común, yo odio al que me trae sufrimientos, odio el origen del mal. Esto ocurre hasta tal punto, que nosotros calmamos a un niño que se lastimó al golpearse la cabeza contra una mesa, diciéndole al niño que golpee de vuelta la mesa. Esta es una respuesta natural, instintiva animal.

Pero el trabajo espiritual fue destinado para la corrección del hombre, y todas las correcciones sólo son posibles si yo siento que alguien me hace sentir mal y me doy cuenta que lo que llega a mí es sólo amor y bondad. Así que todos los signos dolorosos debe enfocarme no en el origen de este mal, sino en la fuente del mal dentro de mí, en el lugar donde me siento mal, en mi inclinación al mal. Es ahí donde yo siento los sufrimientos, las malas relaciones, y de esta es que tengo que desprenderme, poner encima un Masaj (pantalla), una restricción, para que eventualmente ella convierta el mal en su forma opuesta.

Es como si hubiera una mesa ante mí con una comida de cinco platos y cada plato tuviera un sabor horrible, oliera mal, y pareciera podrido. No sólo que la comida estuviera un poco salada o picante, sino que en realidad fuera venenosa. Yo, por el contrario, tengo que corregir mis vasijas de percepción para que poder amar estos alimentos, lo cual parecía imposible al principio. De la misma manera también nosotros alcanzamos el amor en la parte más elevada de la corrección de nuestras vasijas en las que sentimos odio.

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De la preparación para la lección diaria de Cabalá del 4/3/13

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