El mundo sufre por mi culpa

Pregunta: ¿Cuánto tiempo más vamos a sufrir, como niños obstinados que no quieren crear el buen entorno? ¿Cómo podemos superar nuestra terquedad?

Respuesta: Tenemos que convencernos de la necesidad de avanzar. De lo contrario, sufriremos. Debemos avergonzarnos de que el mundo sufra, y que nosotros no le demos lo que podemos darle y lo que necesita. Realmente tenemos que sentirnos culpables por todos los sufrimientos del mundo. ¡Que esta vergüenza nos queme y nos obligue, finalmente, a realizar algunas acciones!

En este caso, los cálculos individuales, con cuya ayuda nos justificamos nosotros mismos para estar en nuestras casas y omitir la actividad, no sirven para nada. Independientemente de lo que nos parece, tenemos que hacer todo lo posible para compenetrarnos con los sufrimientos del mundo y sentir que somos responsables de llevarlo a la corrección.

Realmente, es un problema grande si menospreciamos al mundo y a la gente, “Que sufran, puede que así cambien”. Sin embargo, ellos no pueden cambiar. Sólo nosotros podemos cambiarnos. Y, entonces, por medio de de nosotros, ellos recibirán las soluciones necesarias.

En el camino espiritual revelamos que el mundo es nuestro propio sistema. Imagínate: durante muchos años tú, a propósito, les causabas mal a las personas, los tratabas como enemigos y disfrutabas de esto. Y, de repente, descubres que ellos son tus niños. ¡Qué miserable te sientes ahora al recordar todo lo que ellos han sufrido por tu culpa!

Así es la vergüenza que se revela ante nosotros. Por eso, con el fin de reducirla, hay que tener prisa, adelantarnos al tiempo y dejar de hacer cálculos individuales. Pase lo que pase, no hay que prestar atención a la conducta de las personas. En fin, el Creador deliberadamente los presenta de tal manera, para que pensemos solamente en el otorgamiento y les deseemos todo lo mejor.

(54915 – De la Lección 1, Convención de Cabalá en Toronto del 16 de Sepotiembre del 2011)

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