El ocultamiento simple también es una conexión

Baal HaSulam, «Ocultamiento y revelación del rostro del Creador»: De esta manera, por supuesto, uno no ve el buen rostro del Creador, es decir, si cree que el Creador es el que le hace estas cosas, ya sea como castigo por las transgresiones o para recompensarlo al final. Esto sigue al verso, «a quien el Señor ama, corrige», y también, «los justos comienzan con sufrimiento, puesto que el Creador eventualmente desea impartirles gran paz».

Sin embargo, uno no deja de decir que todo esto le llegó por un destino ciego y por la naturaleza, sin ninguna razón y consideración. En vez de ello, uno se fortalece en la creencia de que el Creador, con Su Gobierno, le causó todo esto. No obstante esto es considerado como ver la parte posterior del Creador.

Este es el ocultamiento simple, se halla el estado de la persona que está en el proceso de avance espiritual. Ella no ha alcanzado aún la revelación, pero siente un cierto proceso y le atribuye sus problemas al Creador.

El problema es que ella no puede justificar al Creador y la sensación de dolor es la indicación para esto. Por un lado, si la persona pudiera justificar al Creador, no sentiría dolor. Por otra parte, es imposible sentir dolor y estar agradecido por este. Si tú sufres, significa que te sientes mal. En nuestro mundo es posible sentir una cosa y decir otra, pero en la espiritualidad no hay tal cosa: Lo que sientes es lo que «dices». Si tú sufres internamente, entonces no te ayudarán los gestos teatrales ni las sonrisas externas.

Por eso me siento mal y este estado es llamado ocultamiento simple. Entonces ¿qué me une al Creador? Una vaga sensación de que Él es quien opera detrás de todo esto. No está claro, porque eso sería negar la mala sensación. Si el Creador se revela, yo recibo placer, y si él se oculta, recibo sufrimiento. Pero en este caso, el sufrimiento no es tan grande como para hacer que me separe del Creador y puedo justificar esto.

Nuestra vasija está dividida en dos partes: GE y AHP. Como consecuencia de ello, a nosotros nos afectan dos tipos de luces: Jassadim y Jojma. Así, resulta que yo todavía puedo justificar al Creador, aunque creo que Él no me trata bien. Yo le atribuyo esta sensación a la cuenta de los pecados anteriores o a la cuenta de la recompensa futura, y así acepto por el momento el sufrimiento.

Aquí hay todo un conjunto de relaciones mutuas ocultas. El bien parece mal y supongo que me lo merezco por mis pecados anteriores, o que recibiré una recompensa futura por estos padecimientos. En mi mente yo justifico al Creador tanto como pueda, y aunque siento sufrimiento, aun así reconozco que proviene de Él y no de algunos factores externos. Sin importar quién me haga tropezar, yo me imagino al Creador detrás de esto.

Este es un nivel bastante alto y si la persona se aferra a él, este se convierte en un trampolín para algo mucho mayor. Me hubiese gustado que estuviéramos permanentemente en este estado percibiendo que todo, tanto lo bueno como lo malo, proviene del Creador, y que no existe nadie además de Él, que ninguna fuerza extraña nos controla, tampoco la fe ciega. Su Providencia puede parecer mala, pero yo la justifico debido a mis pecados anteriores o a la recompensa futura. El Creador es como un buen padre que me enseña y me cría correctamente.

Por otro lado, el ocultamiento aquí también se debe a que yo espero alguna recompensa por mis sufrimientos: ya sea que estos me aparten de mis pecados anteriores o que me ayuden a adquirir el placer futuro. El Creador no necesita realmente estos sufrimientos, ni como una forma de expiar mis pecados, ni como una recompensa por mis buenas obras.

Sin embargo, en este estado la persona quiere alcanzar el otorgamiento, lo aprecia, y se aferra en la dirección correcta hacia él. Al mismo tiempo sobre ella operan dos fuerzas: El ocultamiento que se deriva de sus deseos no corregidos y alguna iluminación proveniente de la adhesión a la parte posterior de la Luz.

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De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 10/2/12, Escritos de Baal HaSulam

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