El placer supremo del alma

Torá, Deuteronomio 23:07: Jamás procures su paz ni su bienestar, durante toda tu vida.

Los deseos egoístas, llamados “amonitas y moabitas”, se revelan en cada nivel de la escalera que ascendemos. Y cada vez son nuevos y más potentes.

Los 125 niveles son similares entre sí; sólo difieren en la fuerza y volumen de las propiedades positivas y negativas, de las propiedades de la línea derecha y de la línea izquierda y del número de detalles involucrados. En principio, la fuerza del nivel depende del número de deseos e intenciones.

Cuando ascendemos, nuestro estado se vuelve más integrado y complejo y esta complejidad, abarca todas sus ventajas y desventajas, todo el poder de nuestra conexión y, encontramos la perfección.

Es a partir del cierre de millones de tipos de fuerzas, intenciones y actos -desde el principio de la creación, el medio y de nuevo, desde el principio, al final, etc.- que la perfección del Creador se obtiene. Toda la revelación de la mecánica de la interacción del Creador con el deseo que Él creó, es el placer supremo del alma.

Sobre ésto está dicho, que “Los justos se sientan y gozan del resplandor de la Shejina”. Después de todo, la Luz superior de la sabiduría llena toda la creación, resplandece y brilla. Este alcance comprende el más elevado significado y el placer supremo que el alma siente.
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De Kabtv “Secretos del Libro Eterno”, 19/oct/16

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