El primer ejercicio que entrega El Libro del Zóhar

Suponiendo que nos encontramos ante un cruce de caminos:  Si nos vamos hacia la izquierda, es para el propio beneficio; y si nos vamos por la derecha, es para beneficio del Creador. ¿Cómo se puede elegir la intención correcta, para ir en dirección al otorgamiento?

Tenemos que anhelar el otorgamiento e intentar llegar a este por todos los medios. Después, el Creador siempre nos corregirá y nos enseñará cómo hacerlo. Lo más importante, es actuar junto a los amigos y buscar formas de conectar entre nosotros, que nos den la sensación de proximidad con el Creador.  

Construyamos esa unidad, en la que nuestra conexión interna nos pueda revelar la forma del Creador, Su cualidad y Su carácter. Cuanto más nos movamos en esta dirección, día a día, mejor empezaremos a entender quién es el Creador y quiénes somos nosotros, lo que nos distancia y lo que tenemos que hacer para estar un poquito más cerca de Él.

Con el anhelo diario por conectar, en cada momento, tenemos que revisar si la forma de nuestra conexión está siendo cada vez más real, en otorgamiento mutuo. Este es el primer ejercicio que El Zóhar nos entrega: Conectar en una decena y alcanzar tal estado de conexión y otorgamiento mutuos, que nos aclare la forma de la Shejiná.

Esto no se refiere a la distancia física, sino más bien a la sensación de proximidad interna, espiritual.

Pero no se nos pide llegar a esta intención correcta por nosotros mismos. Lo principal es que vayamos tras ella. Lo importante es la búsqueda, los cuestionamientos, la recompensa interna a la que no somos capaces de llegar. Partiendo de esto, la plegaria que nos ayude a llegar al objetivo deseado, surgirá.

El Creador tiene que arreglar el deseo en nosotros y Él también se encarga de su llenado, de responder a éste. Nosotros solo tenemos que estar en la búsqueda.

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