No cancelo mi opinión, sino que quiero construir un área donde todos los deseos pueden existir, las intenciones que pertenecen a todos. No cancelo a nadie; todo viene de arriba. El Creador quiere a todos, desde los fascistas hasta los socialistas y comunistas, todas las personas, caracteres y estilos de comportamiento, creados por Él.
No cancelo a ninguno de ellos ni a mí mismo; sólo busco que podamos conectarnos y en nuestra unión lleguemos a una raíz común más elevada.
En mi mismo debo abolir el odio por todos, desarrollar entendimiento, sensación de otros y el deseo de reconocerlos y darles un lugar cerca de mí, dado que al corregir nuestra unión vamos hacia nuestra raíz superior: una, única y unida.
Esta raíz es la misma para todos. Es una y única, porque de ese punto surgen muchas propiedades diferentes.
De acuerdo a mi egoísmo, me gustaría cancelar a todos. Pero entiendo que no es correcto. El egoísmo es llamado “ayuda en contra”, es decir, me ayuda a entender que debo ir en contra de él. En mi ego, odio a otros porque no son como yo, pero debo entender que el deseo de odiar a mi prójimo hace que surja el deseo de otorgar en mí.
Al observar a otro y odiarlo, entiendo que si hago un poco de espacio y doy lugar para que exista en mi corazón, será una acción similar al Creador. De esa manera, el Creador se hizo a un lado, se ocultó y nos dio un lugar para existir.
Anular tu egoísmo es el primer paso para formar al Creador. Cancelo una parte de mí mismo y hago espacio para otros, mis oponentes, opiniones opuestas, al hacerlo hago un espacio en mí. Al principio, quiero tener el control del mundo y gobernarlo. Después hago un corte y le doy espacio a otros. Hacemos concesiones mutuas, ellos y yo.
Sólo así, puedo construir algo verdadero, correcto. Pues, todas las opiniones “a favor” y “en contra” vienen de la raíz más elevada y al hacer espacio para ellas, doy un lugar para la revelación del Creador.
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De la lección diaria de Cabalá 3/ago/20, El amor cubre todas las transgresiones
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