El punto de vista del Universo

Dr. Michael LaitmanDebemos entender claramente una cosa: nuestro éxito depende totalmente del Creador y de ninguno otro además de Él. «Nosotros no somos quienes terminaremos el trabajo, pero no depende de nosotros el rechazarlo». Debemos actuar aplicando el máximo de energía y al mismo tiempo permanecer confiados de que el resultado está únicamente en las manos del Creador. Ya lo sabemos muy bien. Lo hemos comprobado docenas de veces. Nos damos cuenta de que estamos jugando un juego cuyos resultados conocemos de antemano, que todo proviene de Él y que Él es el que lo organiza todo con una «astucia» divina, y que no hay nada que podamos hacer al respecto.

Pueden tumbarse en el sofá todo el día y por la noche ustedes recibirán su salario como si hubieran trabajado el día entero. Sin embargo, estamos obligados a aceptar el gobierno superior y a trabajar todo el día. Lo mismo se aplica a nuestra difusión externa. Estas dos líneas nos enseñan la forma en que se construye el reino espiritual: por medio de propiedades contradictorias que a nuestro cerebro le parecen totalmente incompatibles. ¡Esto está bien por ahora! Más tarde, se nos dará un tipo de mente diferente.

Esperemos que con cada día necesitemos cada vez más al Creador. Al mismo tiempo, tenemos que encargarnos de debilitar el otro lado de la moneda y asegurarnos de que nuestra contribución en el proceso también se expanda día tras día. Sin ello, no vamos a tener una necesidad por el Creador. Estas dos líneas no se cancelan o se anulan entre sí. Si somos capaces de actuar así, aceleraremos la creación de la primera vasija espiritual.

Nosotros debemos aplicar nuestros esfuerzos como si fuéramos «un buey bajo el yugo o un burro bajo la carga», es decir que tenemos que correr más rápido y usar nuestra energía de manera mecánica. En cuanto a nuestras intenciones, debemos darnos cuenta claramente de que en cada una de nuestras acciones, el Creador está tanto frente a nosotros como detrás de nosotros, y que Él «nos abraza desde el frente y de la parte de atrás», y que trabajamos sólo junto con Él.

Posteriormente nos daremos cuenta de que Él también trabaja dentro de nosotros. Entonces, ¿dónde estamos nosotros en esta imagen? Este es el punto en el que empezamos a alcanzar un poder trascendente, el espíritu que se inviste en todo lo que nos rodea. Entendemos que «No existe nadie más aparte de Él«, y que también hay un pequeño punto desde el cual miramos a nuestro alrededor y vemos que «No existe nadie más aparte de Él».

Este punto en particular no tiene nada en absoluto: no tiene volumen ni profundidad. Es sólo un punto que surgió «de la nada» (Yesh Mi Ain); es un punto desde el cual se observa que «No existe nadie más aparte de Él». Por último, llegamos a darnos cuenta que en la Luz, en los deseos, y en todos los estados que hemos atravesado a lo largo de la historia, y en todo, sólo existe una fuerza, la Fuerza superior. «El Creador es el primero y Él es el último». No hay una revelación mayor que ésta.

Sin embargo, cuando decimos que «No existe nadie más aparte de Él», esto no quiere decir que no existamos, dado que para hacer esta declaración, alguien tiene que estar presente en todos los lugares, en todas y cada una de las propiedades, en cada una de Sus acciones, y después de ese punto, tenemos que decidir (al estar en el lado opuesto) que, de hecho, «No existe nadie más aparte de Él». Al hacer esto, nos fusionamos completamente con Él, es decir que logramos cohesión y nos volvemos iguales a Él en todas nuestras acciones, pensamientos, programas, conexiones, etc.

Nuestro deber es comprobar todo lo que hay en el Creador para comprender que todo es Él y finalmente llegar a la conclusión de que «No existe nadie más aparte de Él». Todo lo que nos queda es este un punto negro desde el que nosotros miramos a nuestro alrededor, pero este es un punto singular desde el que podemos observar todo el universo, de un borde al otro, en todas las direcciones y rangos: toda la Maljut del mundo del Infinito.

(115823 – De la 3º parte de la lección diaria de Cabalá del 27 de Agosto del 2013, «Grupo y distribución»)
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