El punto donde la oración y gratitud se unen

thumbs_laitman_562_02Hay dos tipos de trabajo: en el hecho de sentir la deficiencia y en el de sentir el completo bienestar. Después de todo, nosotros fuimos creados de la materia que se encuentra siempre en un estado de vacío. Así que aspiramos a una relación con el Creador, quien nos creó y tiene todo aquello de lo que carecemos.

Si incluimos estas dos fuerzas dentro de nosotros, la fuerza natural de recepción, nuestra materia, y la fuerza de otorgamiento, la pequeña «chispa» que está dentro de nosotros y que queremos desarrollar para que domine toda nuestra materia, tenemos que aclarar dos cosas: Por un lado, con respecto a la materia, tenemos que clarificar la chispa de otorgamiento, y por otro lado, con respecto a la chispa, hay que aclarar y examinar la materia. En otras palabras, por parte del ser creado, tenemos que estudiar al Creador y también a nuestro propio deseo.

Así que hacemos un tipo de trabajo con nuestro deseo de recibir, que es un trabajo de peticiones, oraciones y el dolor por la Shejiná (Divinidad), por la destrucción del Templo. Si no sentimos todas las dificultades de este estado con toda su severidad, no seremos capaces de llegar a la oración correcta, es decir llegar a una petición tan intensa que convoque una respuesta de otorgamiento de la Luz.

Esto se debe a que la Luz solo otorga sobre un deseo completo. Los niveles del deseo completo son llamados «niveles espirituales», y nosotros tenemos que alcanzar al menos el nivel más bajo.

El otro tipo de trabajo es cuando estamos ante el Creador que nos creó, que nos dirige, nos cuida, nos corrige, y nos eleva a la altura de su perfección. Entonces nuestro trabajo es en gratitud y alabanza.

Éstas son dos formas opuestas, y en ambos casos la persona tiene que asegurarse de que una no anule ni cubra a la otra. Ambas formas son esenciales para una verdadera medida completa. El choque entre ellas, la tensión entre ellas, crea un punto que atraerá la Luz con tanta fuerza sobre sí ésta elevará a la persona y volteará un extremo de su trabajo hacia Keter y el otro hacia Maljut. Así que el primer nivel de la espiritualidad de la persona conformado por diez Sefirot, está dentro del deseo de recibir, de las plegarias, las súplicas, el corazón roto, y también de la gratitud y la alabanza al Creador, es decir desde el punto de Keter. Así es como debemos avanzar.

La persona olvida constantemente estas cosas y se confunde. Piensa que la confusión es casual y que proviene de dificultades de la vida diaria. Ella supone que si viviera sola en algún lugar en una isla desierta en medio del océano, alejada de las interrupciones diarias, avanzaría rápidamente y con éxito a lo largo del camino espiritual. Ella, sin embargo, tiene que preocuparse por un sin fin de cosas y de ir por la vida tratando con diferentes problemas, tanto interna como externamente.

Pero esta es una actitud equivocada, ya que todo pertenece a un sistema. No hay ninguna justificación para mover o cambiar las condiciones externas. La persona debe tratar de hacer esfuerzos para permanecer constantemente en el trabajo espiritual sin cambiar nada externamente a fin de que, a través del entorno que tiene ahora, ella sea capaz de darle contento al Creador.

Nosotros debemos entender que este es el entorno que el Creador ha preparado para ella. Posteriormente, la persona entenderá hasta qué punto estas condiciones eran las más adecuadas para su avance.

(100215 – De la 1° parte de la lección diaria de Cabalá del 2/10/13, Escritos de Baal HaSulam)

Material Relacionado: 

No te preocupes, todo va de acuerdo al plan de la creación

¿De Dónde Comienza La Oración?

Las alegres lágrimas de la plegaria

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *