En el ápice de los cambios

dr. michael laitmanAntes de que nuestro mundo fuera creado, fue creado el Kli espiritual, y ahora en nuestro mundo, depende de nosotros el restaurarlo, el conectarlo de nuevo a partir de las partes rotas. Estas partes somos nosotros, y la ruptura está en el rechazo mutuo entre nosotros. Las artes de los Kelim, es decir nosotros, recibimos un despertar desde arriba, y, de esta forma, nos hacemos preguntas acerca del sentido de la vida.

El significado de la vida se encuentra por encima de nuestras vidas, porque nosotros no nos hacemos preguntas al respecto en el marco de esta vida. Pensamos sólo en cómo arreglárnoslas mejor en la vida, y, cuando empezamos a preguntarnos: «Cuál es la razón por la cual vivimos», esta ya es una pregunta que está más allá de los límites de nuestro mundo. Esta ya es una pregunta dirigida hacia la fuente de nuestra existencia, hacia el Creador.

En general, toda la humanidad está en un movimiento hacia la unidad, pero de una manera más desagradable y no con la mayor rapidez. Todos nosotros hemos avanzado de tal forma y hemos llegado a este momento en el que nuestro desarrollo nos ha llevado a la línea de meta, donde todos tenemos que empezar a conectarnos.

Hay un grupo, todos aquellos quienes recibieron el despertar desde arriba, y depende de nosotros el realizar en nosotros mismos el método de corrección, el conectarnos aunque sea de forma mínima con el Creador. Esto se debe a que la conexión con el Creador sólo es posible en la medida en que aceptemos las deficiencias del mundo entero.

Nosotros recibimos las deficiencias habituales de todo el mundo; es decir, las seis carencias que Baal HaSulam nos enumeró, los deseos que son relevantes para la persona, para su cuerpo, que son comida, sexo y familia, y además de esto, hay deseos que están relacionados con la conexión de la persona con la sociedad y que están dirigidos hacia el dinero, respeto e información.

Los seis deseos están activos en cada persona en nuestro mundo, pero se descubren en cada uno de manera diferente, y en cada uno de ellos hay una multitud de diversos componentes, deseos más pequeños.

Todo el desarrollo humano estaba dirigido primero hacia el desarrollo de los deseos relacionados con comida, sexo y familia en los seres humanos, lo cual los llevó al crecimiento de los deseos por dinero, honor y conocimiento para que pudieran pasar a través de ellos y descubrir la falta de llenado en ellos. Sin embargo, mientras tanto, es difícil decir que toda la humanidad se encuentra en tal condición.

Comida, sexo y familia son deseos corporales que no requieren de ninguna corrección, en principio. Sin embargo, en los deseos más elevados por riqueza, honor, y conocimiento, se descubre un mayor ego dentro de la humanidad. Además, este ego, en general, es sólo preliminar, era necesario para que también en él se descubriera la falta de un verdadero llenado. Esta es la crisis. La falta de un verdadero llenado es la sensación de la crisis.

Por lo tanto, ahora estamos en una etapa en la que la humanidad está pasando por diferentes fenómenos de crisis, y estos fenómenos de crisis cambian todo el tiempo. Algunos de ellos tienen una mayor influencia en la economía, otros en la ética, y parte de ellos en la política y en la familia. En general, habrá muchas y muy diversas crisis, y, en consecuencia, tenemos que entender cómo debemos trabajar con la gente.

En principio, el método es el mismo método, pero el enfoque de la gente debe ser de acuerdo a sus necesidades. En otras palabras, por cada civilización, para todas las culturas que existe en el mundo hoy en día, tiene que haber un enfoque único. Por lo tanto, los deseos se desarrollan en diferentes países, en diferentes personas y áreas, de acuerdo al lugar en el que debemos trabajar.

Miren por ejemplo cómo América Latina saltó con el deseo de realizar la espiritualidad y cuan rezagada va Europa. No existe un único enfoque. No sabemos por qué ocurre así.

En consecuencia, depende de nosotros el ser sensibles todo el tiempo al pulso, el observar dónde invertir más esfuerzos, donde hay una mayor necesidad, una oportunidad para una mayor exposición. El mundo está en una conexión global. Sin embargo, están ocurriendo muchos cambios en todas las diferentes partes del mundo.

Por lo tanto, depende de nosotros el concentrarnos en un lugar en el que haya una necesidad por la corrección, por la espiritualidad, por un cambio interno, o, como escribe Baal HaSulam en la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot, donde existan las preguntas: «Cuál es la razón de mi vida» «Cómo puedo ser llenado»; y cuando aparezca una pregunta como ésta, las personas ya están preparadas para que nos volvamos hacia ellas.

Como ya hemos dicho, esta pregunta puede expandirse en diferentes áreas, empezando por los problemas cotidianos de la vida, hacia problemas psicológicos mayores y más internos. Por lo tanto, esto trae ante nosotros un problema difícil.

La idea es que nosotros no podemos conectarnos con el Creador si no funcionamos como un conducto para Su conexión, para Su otorgamiento, para Su control del mundo entero con el fin de jalar a toda la humanidad después de nosotros. Ya ven, todo el sistema está atravesando una ruptura solo para ser capaz de empezar a sentir al Creador a través de esta ruptura de tal forma que nos elevemos hasta Su nivel. Es así que se descubrirá y se resolverá todo el problema de Su relación con las criaturas. El «bueno y benévolo» se expresa en el hecho de que las criaturas se elevan a Su nivel y se vuelven como Él. Esto significa todos juntos, sin excepción.

De esta manera, depende de nosotros el sostener nuestra mano en el pulso, y, además de esto, el ser muy sensibles a todos los cambios sin importar cuán pequeños sean. Ahora también nos encontramos en el mundo superior, en el mundo del Infinito (Olam Ein Sof), rodeados y penetrados por la Ohr Ein Sof, la Luz del Creador. No hay ninguna diferencia entre el lugar en el que estamos ahora y el del futuro. Nada cambia, excepto nuestras sensaciones, nuestros sentidos. Cambia la sensibilidad. De nosotros depende el desarrollar y descubrir esto, a fin de sentir la Luz. Ya nos encontramos dentro de ella, y nada existe por fuera de ella. Por lo tanto, todos los cambios ocurren dentro de nosotros, y no hay necesidad de viajar a ninguna parte. Sólo es necesario que trabajemos todo el tiempo en incrementar la sensibilidad a la Luz superior dentro de nosotros. Esta es nuestra meta.

El problema es que, sin movimiento, la materia no existe. La materia existe sólo en constante movimiento, en el cambio. En teoría, si el movimiento se detuviera, todo desaparecería inmediatamente. Esto lo vemos en los átomos,  en las partículas elementales de las que se componen los átomos. Si queremos sentir el mundo superior, debemos aumentar nuestra sensibilidad a los cambios que están ocurriendo en nosotros. A veces, le parece a la persona que nada está cambiando, que todo se ha congelado, se ha detenido, que no hay movimiento. La sensación de que la vida se ha congelado pretende mostrarnos que debemos aumentar nuestra sensibilidad hacia cada uno de los movimientos, y que todos los movimientos ocurren dentro del deseo.

En el momento en que empezamos a ser integrados dentro de un grupo que requiere que nos concentremos en el Creador a través de la conexión entre nosotros, de inmediato recibimos en cada momento un sinnúmero de cambios. Ustedes comenzarán a sentir que cada segundo es una unidad infinita de tiempo, de principio a fin. Durante ese segundo, nosotros atravesamos una multitud de cambios. Esta sensibilidad al cambio es lo que tenemos que descubrir.

Espero que la integración mutua entre nosotros a través del cual todos juntos estamos pasando, entre todos los diversos continentes, civilizaciones y culturas, incruste en nosotros los fundamentos de una mayor sensibilidad a los cambios, y que, dentro de nosotros en cada momento, comencemos a sentir enormes cambios en el deseo, la dirección, la emoción y la percepción. Que todo el tiempo, cada vez más, los examinemos y los dirijamos en cada momento hacia el Creador a través del grupo, y, de esta manera, nos moveremos muy rápidamente por el resto del camino necesario para el primer descubrimiento del Creador.

El descubrimiento del Creador ocurre específicamente en estos cambios incesantes, porque la permanencia o el estar fijos no existen. ¡En el momento en que ustedes se detienen, todo desaparece!

Por lo tanto, los cambios incesantes garantizan que estamos sintiendo el mundo superior, sintiendo al Creador. En nuestro mundo, nuestra sensación puede ser algo permanente, pero, en la espiritualidad, esto no puede ocurrir. Por lo tanto, vengan, y recuerden también que esta condición sólo puede cumplirse si yo estoy unido al grupo, anclado todo el tiempo en el Creador.

Entonces, ¿cómo podemos elevar la sensibilidad en la que nos encontramos hacia la espiritualidad? Si salgo de mí mismo y trato de escuchar lo que dice el amigo, de repente me encuentro en un vacío dentro del amigo. Así, dentro de este espacio vacío, ¿cómo puedo sentir todo tipo de cambios y movimientos de manera que yo entre en sus deseos internos dirigidos hacia el Creador para que podamos anhelarlo juntos a Él?

Nosotros descubrimos y alcanzamos al Creador, según la medida en que seamos sensibles a Él; en otras palabras, cuando se nos revela la expansión que nos rodea y tratamos de sentir sus características, los cambios en ella, sus vibraciones con respecto a nosotros, o más correctamente, nuestras vibraciones con respecto a ella, nuestros cambios en lo que se refiere a la característica de otorgamiento y amor.

Todo nuestro mundo nos lo dieron a fin de que nos dirijamos hacia una onda en particular, hacia la característica de otorgamiento y amor, como si estuviéramos hablando de un receptor de radio. En un principio, nos sintonizamos entre los amigos de forma rápida. A medida que continuamos, nos conectamos con círculos externos de nuestro mundo cada vez mayores, y, como resultado de esto, nos dirigimos cada vez con mayor precisión, descubrimos más la característica de otorgamiento y amor de manera emocional, y lo hacemos de tal forma, que comenzamos a sentir al Creador cada vez más claramente.

Porque todo nuestro mundo, todas las criaturas, solo necesitamos la fragmentación y las correcciones a fin de llevarnos a que sintamos la característica de otorgamiento y amor, al Creador, y en tanto que toda la humanidad no haya entrado en este sistema de sensación mutua, de vibraciones, de sintonía del yo, no podemos descubrir al Creador en absoluto, ni puede hacerlo persona alguna en el mundo.

Los cabalistas llevaron a cabo un gran trabajo en el pasado, pero ellos lograron una gama muy limitada de alcance porque la humanidad aún no estaba lista en absoluto para empezar a sentir esto.

Sin embargo, desde hoy, ya hemos sido capaces de determinar que la humanidad está lista para integrarse en las aclaraciones de las sensaciones de otorgamiento y amor mutuo y para tomar conciencia del Creador a partir de ellas. En otras palabras, hoy en día, la regla general: «Del amor del hombre al amor del Creador», está realizándose de forma activa específicamente al sintonizarse con una elevada sensibilidad con el otorgamiento, con la conexión mutua, con la integración mutua de acuerdo al principio «lo que odias que te hagan, no se lo hagas a tu amigo», y «amarás a tu prójimo como a ti mismo».

Nuestra sintonía mutua nos lleva hacia el Creador, y, a través de la expansión gradual de nuestro círculo de sensibilidad hacia toda la humanidad, descubrimos al Creador dentro de este nuevo sentido de otorgamiento y amor.

Es así como se realiza la regla general de «Del amor del hombre al amor del Creador», pero es específicamente a través de las sensaciones, a través de una mayor sensibilidad.

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De la Semana mundial del Zóhar «Convención de Educación Integral», día uno del 2/2/14, Taller 4

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