En el epicentro de la corrección del mundo

Pregunta: ¿Cuál es la conexión entre el centro del grupo y la diseminación para el mundo entero?

Respuesta: Antes que nada, necesitamos esforzarnos hacia el centro del grupo para realizar la gran regla de la Torá: ama a tu prójimo. De otra manera, no será el centro.

Y a través de este punto central, que determina el comienzo y el final del fin de la corrección, a través de esas definiciones yo me relaciono con toda la realidad y con todo el mundo (el 99%). Después de todo, quiero ver a toda la humanidad en este punto central, ¡y seguro la veré ahí!

Según el grado en el que yo me corrija en el centro del grupo, en relación al resto del mundo (hacia el noventa y nueve por ciento), con todas las cualidades negativas y positivas que descubro en este, con todas las opiniones y percepciones que ya están formadas dentro de mí, hasta ese grado veré a toda la humanidad en el centro del grupo, ya corregido y listo para mi realización. De esta manera, actuaré desde la parte interna del mundo hacia afuera.

Con esos medios, estableceré la diseminación espiritual. Entonces, veré cómo efectivamente esto ayuda al mundo, y cómo el mundo está moviéndose hacia adelante y está cambiando.

Mientras que la forma externa permanece, de la misma manera, este mundo está obligado a existir hasta el final mismo de la corrección, hasta que toda esta realidad imaginaria desaparezca de nuestra percepción. Es por esto que necesitamos aplicar esfuerzos también en la diseminación externa.

Sin embargo, será entonces que vamos a poder definir la relación correcta hacia lo interno y lo externo y distribuir nuestra fuerza. Nuestras evaluaciones cambiarán.

Entonces, el centro del grupo es un punto hacia el cual nosotros apuntamos antes que hacia cualquier otra cosa, como si estuviéramos disponiéndonos a partir de todos los mundos de BYA hasta Maljut del mundo de Atzilut, y después a partir de Maljut del mundo de Atzilut, deseamos reunir dentro de nosotros todos los deseos de toda la realidad y elevarlos incluso más alto; descubrimos cualidades mucho más altas llamadas Zeir Anpin, YESHSUT, Bina, etc. Con esas nuevas cualidades y entendimiento, corregimos y construimos la Shejiná, la colección de todas las almas.

Esto se debe a que, al dirigirme a ella con mis cualidades no corregidas, es como si la estuviera construyendo; me uno a ella como una parte activa, benéfica. La Shejiná se regocija en el hecho de que ya no necesita separar a su órgano de sí misma, sino que puede traerlo de regreso y conectarlo a ella.

(78658 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 22 de Mayo del 2012, «Charla acerca del Taller»)

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