Enciende el motor del progreso

Baal HaSulam, «Un mandamiento»: Hay dos partes de la Torá: una está relacionada con el hombre y Dios y la otra con respecto al hombre con el hombre. Y yo te pido que, en cualquiera de los casos, participes y asumas lo que concierne al hombre con el hombre ya que así también aprenderás la parte que concierne al hombre y Dios.

A lo largo de la historia nosotros nos desarrollamos bajo el dictado de la naturaleza, del Creador, de los genes informativos (Reshimot), del programa que nos inculcaron. Nos desarrollado instintivamente, por medio de diferentes impulsos internos que aparecieron en nosotros. Hoy en día esta fase está llegando a su fin.

Esto sucede en la vida personal de cada uno. Hoy en día también sucede a nivel mundial y se manifiesta como una crisis global integral. No sabemos cómo manejar nuestras vidas. De repente, toda la humanidad está descubriendo que está perdiendo el control de lo que está sucediendo. En el mundo están sucediendo algunos procesos incomprensibles, y ya no tenemos las riendas.

En el pasado, siempre pudimos hacer algo para afrontar la situación, pero hoy no es así. Gradualmente se hace claro que no sabemos cómo llevarnos bien unos con otros: Una persona dice algo y la otra no le entiende. No podemos llegar a ningún acuerdo, aunque vemos que sin un contenido en común, aunque sea el mínimo, no sobreviviremos.

El desarrollo bajo el dictado de la naturaleza en el que todo era obvio, en el que hicimos lo que sentimos y obedecimos nuestros impulsos internos, ha terminado. Los genes de información continúan apareciendo en nosotros por supuesto, pero no sabemos qué hacer con ellos y no podemos identificar el sistema externo en el que vivimos. El mundo se ha convertido en un lugar confuso.

Por lo tanto, el método que explica qué hacer en estas nuevas condiciones, qué hacer con nosotros mismos, se nos revela hoy en día. Sin embargo, aún no sentimos cuán vital es la enseñanza llamada Torá.

En el pasado, solíamos desarrollarnos por medio de una fuerza interna que constantemente nos operaba y cumplíamos con sus órdenes sin saberlo. Al no tener voluntad propia, ni siquiera fuimos nosotros quienes las llevamos a cabo. Fuimos simples marionetas.

Ahora, estas manipulaciones internas están cesando gradualmente. Es como si nuestro software interno se hubiera congelado y no corriera más. ¿Qué quieren de nosotros las fuerzas de la naturaleza? ¿Por qué han dejado de funcionar y de desarrollarnos?

Las fuerzas de la naturaleza quieren que participemos conscientemente en nuestro desarrollo a partir de ahora. Esta es la fase que hemos alcanzado.

Pero, ¿cómo sabremos cómo participar en nuestro desarrollo correctamente? Después de todo, sin saber esto no vamos a encontrar nuestro rumbo en la nueva realidad y como resultado, recibiremos golpes. Ahora tenemos que completar lo que la naturaleza solía hacer.

Por ello, el método de la Cabalá que nos muestra el camino está revelándose ahora. Este nos dice cómo debemos operar para completar internamente las órdenes de la naturaleza que nos desarrollaban anteriormente. Podemos obtener un impulso para ello por medio de la conexión con los demás. Es precisamente por esta razón que debemos buscar la conexión con los demás, con el fin de encontrar las deficiencias e incitar las correcciones que tenemos que introducir nosotros mismos en el programa.

Es como si echáramos leña al fuego y proporcionáramos el combustible para nuestro desarrollo, y así avanzamos. El combustible puede ser positivo o negativo. En un horno, junto con el calor que se produce al quemar la madera, tiene que haber oxígeno y un ducto de aire. Nosotros también debemos tener las dos caras de la moneda: por un lado, las carencias, frustraciones, y las tinieblas, y por el otro, la Luz, la conexión entre nosotros, y una exigencia por la reciprocidad.

Tenemos que descubrir todo eso a fin de crear el nuevo componente que se necesita para nuestro desarrollo. Si lo añadimos, la fuerza de desarrollo cambiará nuestra situación y nuestra evolución continuará. Pero si no encontramos las deficiencias, las metas, las frustraciones y las correctas aspiraciones, la «rueda del desarrollo» no se encenderá.

Hasta ahora, cuando no era necesaria nuestra participación, los genes informativos giraron la rueda de forma automática a partir de la ruptura de las almas, en los niveles inanimado, vegetativo y animado. Pero ahora, nuestra participación se ha vuelto una condición necesaria. Debemos añadir nuestro deseo a las Reshimot destrozadas para que ellas se realicen correctamente.

La realización consta de dos partes: la construcción de las vasijas y su llenado. La construcción de las vasijas, como Baal HaSulam dice, se refiere a la actitud de uno con respecto a las otras personas, mientras que el llenado de las vasijas está relacionado con la actitud de uno hacia el Creador. En esto tenemos que ocuparnos. Por supuesto, primero tenemos que pensar en las vasijas y sólo después de llenarlas.

Por esta razón se nos dice que el amor por los seres creados lleva al amor del Creador. En primer lugar, debemos preocuparnos por la conexión correcta entre nosotros. Entonces, nuestro atributo común de otorgamiento se manifestará seguramente en ella y en este atributo, la fuerza superior llamada «el Creador» será revelado.

(55501 – De la 5º parte de la lección diaria de Cabalá del 9/23/2011: «Un mandamiento»)

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