Encontrando al Creador en los peldaños de la escalera

Dr. Michael LaitmanPregunta: ¿Qué es este sistema llamado Israel, por medio del cual es posible resolver todos nuestros problemas si aprendemos a trabajar correctamente con él?

Respuesta: En toda la creación trabaja una fuerza única de otorgamiento y amor, además de la cual no existe nada. Es llamada la Fuerza Superior, el Creador, porque creó toda la realidad.

Igualmente, esta fuerza es llamada Creador (Boré) de las palabras, «ven y ve» (Bo ve Reh),porque nosotros tenemos que descubrirla. La meta de la creación es descubrir al Creador, como está escrito: «Porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande». (Jeremías 31:33).

Para que podamos alcanzar la meta lo más rápido posible, fuerza superior actúa e influye en nosotros todo el tiempo y nos hace un llamado a descubrirlo a Él. Acercarse a la espiritualidad significa asemejarse al Creador. El Creador es bueno, y ustedes también necesitan ser buenos. «Así como Él es misericordioso y bondadoso, ustedes deben ser misericordiosos y bondadosos» (Talmud Yerushalmi Peá 3: 1).

De ello se deduce que debemos seguir mejorándonos a nosotros mismos, no hacerles a los demás lo que es odioso para nosotros, y amar al otro como a nosotros mismos, como está escrito: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19:18). Y esto es posible si nos volvemos como la fuerza mayor, la Luz Superior.

Dr. Michael Laitman

El Creador creó la inclinación al mal por medio de la cual estamos separados unos de otros y no deseamos el mundo espiritual, el desarrollo o el progreso. Pero si alcanzamos la conciencia de que este deseo es malo, entonces podemos corregirnos a nosotros mismos con la ayuda de la Torá, es decir con la ayuda de la Luz que Reforma.

La Torá es el remedio para nuestra inclinación al mal, para el ego. La Luz puede sanarnos y transformar el ego en su opuesto: el deseo de otorgamiento y amor. El poder del otorgamiento es llamado el Creador, el bueno y benevolente, la Luz. Esta Luz nos influye y cuando ilumina con más fuerza, entonces nos sentimos mal, puesto que sentimos el mal en vez del bien porque no nos hemos adaptado a ella.

Cuanto más fuertemente se acerca la Luz a nosotros, más mal nos sentimos. Todas las malas sensaciones también provienen de la Luz, del Creador, acerca de lo cual está escrito: «Y levantaré sobre ti un rey como Hamán que te devolverá al bien en contra de su voluntad» (Sanedrín 97b).

Al huir del mal, nos acercamos un poco a la Luz. Si lo hacemos de esta manera es llamado por el camino del sufrimiento, «a su debido tiempo». Pero podemos empezar a corregirnos a nosotros mismos por nuestra propia iniciativa y crear la buena fuerza, es decir, construir un grupo. Un grupo es un conjunto de personas que anulan sus egos y comienzan a hacerse a sí mismos como la fuerza de otorgamiento.

En la medida en que nos llevamos a nosotros mismos de acuerdo al Creador, nos acercamos voluntariamente a Él. De tal manera avanzamos, no somos opuestos a Él, y no huimos de los golpes. Más bien, nos sentimos atraídos hacia Él por nuestros propios esfuerzos. Nosotros no esperamos hasta ser empujados por detrás por el sufrimiento que nos obliga a correr; más bien nos apresuramos hacia el Creador por nosotros mismos, y lo anhelamos a Él. Este es un movimiento positivo.

Pregunta: ¿Qué significa avanzar y movernos hacia el Creador?

Respuesta: En la naturaleza existe una simple ley de adaptación por medio de la cual los objetos que se aproximan entre sí de acuerdo a su grado de equivalencia de forma, la equivalencia de sus características. Entonces, si nosotros desarrollamos dentro de nosotros el poder de otorgamiento, nos acercamos a Él. Y al acercarnos más a Él, estamos bajo Su buena influencia y sentimos nuestro desarrollo como algo bueno.

Pregunta: ¿Cómo puede un grupo de personas crear este poder?

Respuesta: Este poder se descubre a través de la conexión entre nosotros. Este es un grupo único integrado por diez personas que renuncian a sus egos para alcanzar un lugar de conexión común. Ellas dejan sus egos atrás y quieren unirse en un nuevo lugar. Esto es llamado ser «como una persona con un corazón». El lugar común en el que todas ellas están conectadas se llama «un corazón». De esta manera se vuelven como el Creador a través de su deseo de otorgar. Porque de hecho ellas quieren otorgarse mutuamente entre sí y alcanzar el otorgamiento al Creador a través de esto. De ello se desprende que se acercan al Creador dentro de su deseo, Él viene a su encuentro, y ellas lo encuentran en algún momento.

Después de esto, agregan a sí mismas otro deseo de otorgar y de reunirse con el Creador, acercándose cada vez más a Él hasta alcanzar la plena semejanza y equivalencia con Él. Así es como actúa Israel, que es quien anhela al Creador, Yashar-El (directamente al Creador). En este camino hay 125 niveles espirituales o cinco mundos superiores, los cuales son el conjunto de nuestra realidad.

El comienzo de este camino en el que nos encontramos ahora es llamado «este mundo» (Olam ha Zeh) y su punto final es llamado el «final de la corrección» (Gmar Tikun).

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Del Kab.TV «La reunión de los mundos» del 6/20/14

 

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