Enfócate interiormente

Todo depende de la intención. Esto es como la válvula en el motor de combustión interna, que se abre si tengo la intención correcta. Y tan pronto como desaparece la intención, la válvula se cierra. Así es cómo yo trabajo todo el tiempo: abro y cierro la válvula. Esperemos que seamos capaces de poner en marcha este motor.

El tamaño de la intención es determinado por aquellos deseos que esta puede gobernar. Tal vez mi intención sea suficiente sólo para el nivel inerte de mis deseos, o para el vegetativo o el animado o para el plano humano. Y claramente, las intenciones más fuertes, más eficientes y poderosas también influyen en los deseos más pequeños y menores.

Por lo tanto, lo más importante para nosotros es pensar en la unidad del grupo, garantía mutua, porque en virtud de eso sin duda podemos gobernar sobre todos los otros deseos bajos que tenemos. Por eso es tan necesaria la condición de garantía mutua.

Creo que los amigos también están fuera de mí y el mundo entero, toda la humanidad, y el Creador también están fuera de mí. Pero tengo que intentar conectar todo eso en garantía mutua, en la conexión correcta, dependencia mutua, para que estos deseos nos unan: a mí, al Creador dentro de mí y a todos los sistemas externos que también se volverán míos. Ni quisiera veo nada aparte de esto, sino sólo la imagen de la persona, la cual construyo y cuido.

Y si salgo de esta percepción interna y hablo con otras personas, vivo en este mundo, tan naturalmente, hay una colisión entre esta percepción interna y el mundo exterior, la cual aparece en mis sentidos. Pero voy a tener que aceptar esta dualidad por ahora, que no es más que un problema psicológico. Y poco a poco, voy a comenzar a ver una imagen más interna.

Es similar a la forma en la que existe la percepción de un adulto y de un niño. Un niño ve sólo el lado externo, mientras que un adulto comprende las cosas más profundamente y ve las razones internas de lo que está sucediendo. Aunque esto vaya en una dirección, sólo penetra más profundamente en la materia ya que tanto nuestras intenciones como el comportamiento externo son egoístas.

Sin embargo, al desarrollar un hábito y hacer esfuerzos, podemos alcanzar una nueva y verdadera percepción de la realidad.

Por lo tanto, todos los discernimientos de las intenciones, todo mi trabajo es intentar cambiar mi visión por medio de esta percepción interna, la sabiduría interior que se llama la ciencia de la Cabalá, la parte interna de la Torá. Luego, veré el mundo entero como un organismo en el que todo me pertenece y no existe nada aparte de mí.

Intentemos alcanzar esta sensación, y especialmente, mientras leemos El Libro del Zóhar.

(65938 – De la 2º parte de la lección diaria de Cabalá del 10 de Enero del 2012, El Zóhar)

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