Escapando de las tenazas del tiempo

Pregunta: ¿Cómo siente el tiempo un cabalista que está en el mundo espiritual?

Respuesta: El tiempo no existe para un cabalista. Incluso para la persona ordinaria el tiempo es una percepción condicionada. El tiempo es una sensación en el deseo egoísta que trae el eje del tiempo desde un punto del mundo de Ein Sof (Infinito).

Mientras más distante estés del mundo de Ein Sof, más distante estás del punto cero del tiempo. Cuanto más te sumerges en el deseo de recibir, más bajo desciendes en la escalera de los mundos y extiendes más el tiempo. Esto significa que el número de acciones que tienes que llevar a cabo para llegar al punto de Ein Sof estabiliza el concepto de tiempo para ti.

En tu estado actual, no haces esos cálculos del número de acciones que llevas a cabo. No es claro y está oculto de ti, ya que la vasija y la Luz no operan en ti de acuerdo a tu deseo. Si el proceso no se lleva a cabo de acuerdo a tu deseo, está oculto de ti.

Pero en el momento en que comiences a manejarlo tú mismo, entenderás lo que estás haciendo y entonces manejarás el tiempo. Por eso se nos dice: «Israel está por encima de las estrellas y de las constelaciones», por encima del concepto del tiempo en su anhelo Yashar El (directo al Creador).

Mientras tanto, sin embargo, tú no estás en este estado, sino bajo el dominio de tu ego, y entonces no determinas el tiempo, sino que el tiempo determina tu destino. Entonces algunas veces parece que el día pasa muy rápido, como un momento y algunas veces el momento «perdura» tanto que es difícil esperar a que se termine.

Esto se siente especialmente en el estudio. Noten que algunas veces durante El estudio de las Diez Sefirot ustedes caen dormidos al principio de una palabra y se despiertan al final y parece una eternidad. Deseaban tanto dormir, lo cual significa que este tiempo les resulta tan querido que es muy importante que puedan desconectarse y dormitar al menos un momento.

La distancia mínima que mantenemos en el camino se vuelve muy larga por causa de nuestro ego y de acuerdo a cuánto lo disfrutemos. Es como Fausto dijo: «¡Detente, un momento! ¡Eres tan encantador!»

De hecho, un ego grande y fuerte detiene el tiempo, justo como lo quería el Faraón, de manera que incluso el cuerpo terrenal sea eterno, y entonces él era embalsamado.

Así, a menos que comencemos a controlar nuestro deseo, el tiempo nos controlará al desacelerar o acelerar. Para elevarnos por encima del tiempo, nosotros tenemos que controlar nuestro deseo de recibir. Tiempo, movimiento, y lugar son los tres parámetros mediante los cuales el deseo de recibir se nos revela y mediante los cuales este nos controla.
(89594)
De una charla sobre trabajo interior del 9/30/12

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