Hacia el amor por encima del ego

Dr. Michael LaitmanBaal HaSulam, «Arvut» (garantía mutua): Esto significa que todos y cada uno en Israel asumirán sobre sí el cuidar y trabajar por cada miembro de la nación, y el satisfacer todas sus necesidades, no menos que la medida impresa en él de cuidar de sus propias necesidades.

Y una vez que toda la nación de forma unánime estuvo de acuerdo y dijo, «Haremos y escucharemos», cada miembro de Israel se hizo responsable de que nada le faltara a ningún otro miembro de la nación. Sólo entonces se volvieron dignos de recibir la Torá, y no antes.

Con esta responsabilidad colectiva, cada miembro  de la nación fue liberado de preocuparse por las necesidades de su propio cuerpo y pudo observar el mandamiento, «Ama a tu amigo como a ti mismo» en la medida completa, y dar todo lo que tenía a cualquier persona necesitada, dado que ya no se preocupó por la existencia de su propio cuerpo, ya que sabía con certeza que estaba rodeado de seiscientos mil amantes leales, que estaban dispuestos a proveer para él.

Si entendemos que alcanzar la espiritualidad y recibir todo el bien es posible sólo si nos conectamos, entonces la Luz que Reforma comienza a influir en nosotros. Esta actúa de tal manera que yo dejo de estar preocupado por mí mismo porque todos están preocupados por mí. Lo principal aquí es que ustedes se sintonicen correctamente para convocar la Luz que podemos dirigir hacia cada uno de nosotros como si tuviéramos una antorcha.

Mis motivos egoístas demandan que yo forme una conexión con otros. Cuando me conecto con ellos, parece como si me dejara ir y estuviera conectado con ellos, dado que no puedo alcanzar lo que quiero de otra manera. Esta es exactamente la manera en que todos actúan, aspirando así a descubrir al Creador, a través de la conexión entre nosotros, de esta manera atraemos la Luz que Reforma.

Aquí puede surgir una pregunta: ¿Por qué llega la Luz si somos egoístas? ¿Cuáles son las leyes superiores de acuerdo a las cuales ésta se descubre? Todos queremos recibir para nosotros mismos: «Tráeme este mundo. Tráeme el mundo por venir». Podría parecer que esto ocurre ya sea en la Luz, es decir que el placer mismo debe llegar a nosotros, o bien en la oscuridad, si hubiera algún tipo de válvula que existe en la espiritualidad, la cual realiza las condiciones necesarias para ser altruista.

Pero la idea es que nosotros nos rendimos unos ante otros. Aprendemos juntos, llevamos a cabo juntos las tareas compartidas, y a pesar de nuestro ego, la Luz hace su trabajo. Pero esta llega al principio no como placer, sino como corrección. Así somos cambiados, gracias al trabajo que realizamos dentro del grupo, inclinamos nuestras cabezas unos ante otros por razones egoístas.

Con un enfoque como este no hay una falta de acuerdo, esto es abierto y muy honesto. Es posible hablar mucho acerca del amor de otro, pero es necesario juzgar de acuerdo a los hechos. Somos dominados por nuestro ego, pero aceptamos una condición que nos obliga a aspirar al amor ¿Por qué? Porque esperamos una recompensa.

En el futuro, el mundo entero corregirá las relaciones entre las personas, tomando en cuenta la ganancia que esto traerá. Todos esperarán beneficiarse de las relaciones basadas en el amor, y al mismo tiempo la Luz que Reforma pasará hacia ellos a través de nosotros y no la oscuridad que llegaría si no fuera por el uso de la sabiduría de la Cabalá.

De la misma manera, la persona que ya entiende esto y todavía no ha aprendido lo suficiente, no está lo suficientemente incluida dentro del grupo, y en última instancia recibirá oscuridad en vez de corrección, y huirá. Y lo opuesto, si alguien renuncia a sí mismo un cien por ciento, entonces nunca sentirá oscuridad y descenso. Aun cuando podría tener dificultades adicionales en el camino, trabajará con todo de la manera correcta y será corregido por la Luz.

El hecho es, como lo escribe Baal HaSulam, que en el camino del medio, por la línea media, uno experimenta caídas, desviaciones hacia la derecha y hacia la izquierda, ascensos, y descensos. Esto es llamado un progreso «normal»; no es ideal, pero tampoco es demasiado terrible.

 (105966 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 25 de Abril del 2013, «Garantía mutua»)
Material Relacionado:

Necesitamos un nuevo comienzo
Misión imposible
Egipto ha cumplido su papel, es tiempo de salir de ahí

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *