Inmerso en un océano de bondad

privet_s_morya_100_wp[1]Una persona desarrollada es diferente a las demás porque está preparada para soportar grandes sufrimientos durante un período muy largo de tiempo a fin de alcanzar una meta que es muy grande y por lo tanto requiere de un gran esfuerzo y mucho tiempo para lograrla. El nivel de desarrollo de una persona se determina en la cantidad de esfuerzo y tiempo está dispuesto a dar para merecer una recompensa, ya que puede imaginar una meta digna de tal esfuerzo.

En nuestro mundo vemos que existen personas que viven y hacen dinero por casualidad. En la mañana el individuo sale de la casa, encuentra un empleo con el que puede ganar suficiente dinero para alimentarse ese día y regresa a casa.

En alguna ocasión tuve un vecino que solía decir, “Tengo cincuenta pesos para el día de hoy y eso es suficiente. Mi familia y yo nos vamos a la playa. Nos alcanza para comprar unos emparedados durante el día, y podemos descansar”. Yo estaba muy sorprendido. “¿Pero, y mañana?”, le preguntaba y él me respondía, “¡Tengo suficiente para hoy!” Esa era su actitud ante la vida.

Entre tanto, otra persona sale de su casa muy preocupada. Le preguntas, “¿Te pasa algo? Te hace falta dinero para tu familia?” Y él contesta, “No, todo esta bien”. A lo que tu le dices ¿”Cuál es el problema?” Te cuenta entonces sobre sus problemas en este “mundo”, o sobre algo que podría ocurrir dentro de algunos años. Si le sugieres que se vaya a descansar a la playa con su familia, sería incapaz de olvidarse de sus preocupaciones.  

Entre más desarrollada es una persona, mayor es su área de preocupación, mayor será su meta y estará dispuesto a sufrir más tiempo para alcanzarla. Lo mismo pasa con la espiritualidad: la persona que alcanzará la meta es aquella que está dispuesta a soportar mucho sufrimiento, hacer grandes esfuerzos y esperar años a pesar de la crítica y no estar de acuerdo con el camino mismo. 

Lo único que necesita una persona es la sensación de que se dirige hacia esta meta y que no importa cuando la alcance, ya sea de inmediato y en algún momento muy lejano. Si recibimos esta sensación, eso significa que hemos corregido nuestros Kelim. Si nuestra meta es llegar al otorgamiento, entonces no pedimos nada como recompensa.

Debemos sentir que no estamos pidiendo nada, excepto esta meta, y que no importa cuando la alcancemos y si la alcanzamos siquiera. Esto significa que ya existimos dentro de ella. Es por este método que una persona entra en la espiritualidad, experimenta la perfección y se siente inmerso en un océano de bondad.

(Extracto de la lección sobre el artículo La característica de la Cabalá, correspondiente al 10 de diciembre 2009.)

Material Relacionado:

 De la lección del artículo «Prefacio a la sabiduría de la Cabalá, 10/12/2009

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