La conexión entre el grupo y la fábrica

Todo el mundo piensa que la “fábrica” se refiere a la labor que llevamos a cabo durante el día y que el trabajo en grupo consiste en el estudio de forma mutua. Sin embargo, esto es incorrecto. La «fábrica» es todo lo que se refiere a la producción y lanzamiento de nuestros materiales y medios de comunicación, la preparación para diversos eventos y otros trabajos físicos y materiales. Si preparamos comida para la cena del sábado, este asunto compete a la fábrica. Hay un jefe de cocina, personas responsables y trabajadores que ejecutan todo, y no importa si son voluntarios o trabajadores.

Por otra parte, el grupo es una unificación de ideas donde cada persona anula su egoísmo y está dispuesta a unirse con otros para alcanzar un estado espiritual. Esto es una cosa diferente a cómo nos unimos cuando nuestro fin es el de publicar un periódico, un sitio web, un programa de televisión, etc. Todas estas acciones tienen el carácter de colectivas pero, para poder producir un resultado deseado, todos tienen que estar dispuestos a unirse en una pirámide donde haya un jefe y un subordinado, como en cualquier fábrica. Tenemos que hacer esto para poder lanzar un producto.

No importa si la gente recibe un sueldo o no, las horas que trabaja o si está preparando una comida en el centro o bien emitiendo un programa de televisión. A pesar de que inicialmente decidimos, de forma voluntaria, unirnos en igualdad de condiciones, sin embargo, si usted es un gerente, me ha de dar órdenes y yo, como subordinado, me veré obligado a ejecutarlas.

En otras palabras, al acercarnos a cualquier tarea, realizamos un compromiso voluntario, de acuerdo a nuestras habilidades, y también nos comprometemos a seguir un orden, ser disciplinados y respetar la jerarquía. De esta forma, internamente todos somos iguales; somos un grupo en forma de círculo pero, externamente tenemos una relación de jefe y empleado en forma de pirámide, aunque, en dicha disposición, todo el mundo se une como uno.

La unificación de la fábrica se produce cuando nos unimos con el fin de realizar la conexión de los amigos en el marco de la empresa. Mantenemos la jerarquía porque queremos mantener nuestra unificación. El deseo de estar en el grupo me obliga a seguir la jerarquía, bajar la cabeza y escuchar a la persona que se designe como mi jefe.

Supongamos que hoy soy enviado a trabajar en la cocina y  llevo a cabo lo que el jefe de equipo me ha mandado hacer. Aunque puede que me considere más inteligente y hábil, los amigos decidieron que trabajaríamos de acuerdo con un horario y esquema. Vengo a cumplir con mi deber; aquí no somos amigos. Saco ánimo para trabajar a través de la gasolina que recibo del grupo pero, no he de olvidar que, en la fábrica, tengo que trabajar de una manera apropiada.

 Aunque una persona venga a nuestro centro por sólo unas horas, después de su trabajo diario, durante esas pocas horas se convierte en un trabajador para la fábrica, en la misma medida que si se le pagara por su trabajo. Esto es así porque viene a recibir tanto un avance espiritual como material. Recibe llenado y ¡no importa en qué forma! Sin embargo, por alguna razón, la gente separa una cosa de la otra y se sorprende cuando alguien exige algo de ellos;  piensan, «¿No somos amigos en el grupo?» ¡No! ¡Somos trabajadores del frente espiritual! Estamos trabajando para el Creador.

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