La confianza inquebrantable es una para todos

Shamati # 72: La confianza es la vestidura de la Luz, llamada «vida». Esto se debe a que hay una regla, que no hay Luz sin un Kli (vasija). De ello se desprende que la Luz, llamada «Luz de la vida», no puede vestirse sino solamente en un Kli (deseo). La vasija donde usualmente se viste la Luz de la vida se llama «confianza». Esto significa que la persona ve que puede hacer todas las cosas que le son difíciles.

Es decir que si no alcanzamos el estado que se llama confianza, no seremos capaces de revelar la Luz superior. Eso es porque la Luz se alcanza y se percibe en este recipiente de la confianza, es decir, que tenemos que estar seguros de que está en nuestro poder hacer esto y que depende sólo de nosotros. Si esta sensación interior surge en nosotros, sin duda tendremos éxito y revelaremos la Luz.

El grado de vida se define por el grado de confianza de uno, y cuanto más fuerte sea la sensación de confianza, más se revelará la Luz dentro de ella. Estamos en un océano de Luz infinita, incluso ahora, pero debido a la falta de confianza, la vasija para la revelación de la Luz que sentimos en este estado minúsculo, en el punto negro central, nos da la sensación de vida más débil posible, llamada «este mundo».

Si queremos adquirir una mayor sensación de vida en cada una de las esferas que van incrementándose, hasta la última, la esfera infinita, sin límites, esto sólo dependerá de cuan seguros estemos de que podemos alcanzarla sólo en el interior de nuestra unidad.

No puede haber ninguna duda ni falta de confianza; pensamientos tales como que este no es el momento adecuado para hacerlo, que tal vez podamos hacerlo mañana o al día siguiente. En el momento en que logremos todos juntos esa confianza, inmediatamente irrumpiremos a través del Majsom.

Incluso la sensación de nuestra vida aquí, en este mundo, también depende de la sensación de confianza. Cuanto mayor sea la confianza, mayor es la sensación de vida material.

La Luz y nuestro ego están jugando uno con el otro, y nosotros estamos en el medio, entre ellos. Todo depende únicamente del nivel de nuestra confianza: si somos capaces de elevarnos por encima del egoísmo en cada momento y de unirnos a la Luz, aspirando a ser iguales a ella.

Esta guerra no se detiene por un momento, porque tan pronto como nos elevamos por encima de un determinado estado, se revela inmediatamente un mayor deseo egoísta para darnos la oportunidad de elevarnos por encima de él a un nivel superior. Es por eso que tenemos que hacer un trabajo interno constante: bajadas y subidas que se alternan sin parar.

Tenemos que entender que todos los descensos nos los dan para que los superemos y para así podamos nosotros alcanzar la confianza ilimitada. Y la única solución en este caso es separarnos de nosotros mismos, y unirnos al grupo. En él yo debo encontrar la gran fuerza que puede tragarme y traerme al siguiente nivel, como si fuera el vientre de la madre, el AHP del superior.

Según la medida en la que sea yo capaz de adherirme a este ascensor, este me elevará continuamente a niveles superiores. Sólo tengo que unirme a él todo el tiempo por encima de mi egoísmo, él cual se interpondrá en mi camino cada vez menos.

Mi tarea es sólo elevarme al otorgamiento por encima de la recepción, fe por encima de la razón, y esta acción sólo es posible en el grupo. Yo trataré de hacer esto continuamente, mientras mi ego me tirará a un lado, distrayéndome con asuntos triviales, y luego con asuntos más grandes y más graves, hasta que yo finalmente me desprenda de él e incluso deje de sentir cuán lejos ha llegado.

Todo nuestro trabajo se reduce a esto. Y si en cada momento no me experimento a mi mismo cada vez de manera más profunda dentro del grupo, de la sociedad y la confianza común que adquirimos juntos, entonces salgo de mi vasija, del deseo común que adquirimos para revelar el mundo espiritual y no alcanzo nada. Así pierdo yo la confianza.

Nuestra confianza está basada en la adhesión de la persona al grupo y allí encuentra ella la fuerza que le permite alcanzar continuamente mayores niveles espirituales.

(62584 – De la lección de preparación para la Convención Arvut del 12/4/11)

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