La distancia entre

La distancia entre los estados deseados y verdaderos contiene toda nuestra vida. Esto es cierto tanto en la vida corporal como en la espiritual. Para cualquier situación, existe un estado verdadero y el estado en el que nos gustaría estar. La diferencia entre esos dos estados se llama, nuestra vida. Por eso, si queremos alcanzar el estado verdadero, descrito por los cabalistas, debemos imaginarnos en un estado de perfección, es decir, bajo el control total del Creador.

Esta perfección es el único estado que existe, pero necesitamos descubrirlo. Y en el camino hacia esta perfección, tendremos que descubrir muchos estados diferentes: los que sentimos en este momento así como los que queremos alcanzar.

Cuando nos acercamos al estado deseado, todos los estados que vivimos antes parecerán un sueño. Nada era verdadero, sólo nos parecía así, en nuestro egoísmo, creado por el Creador. Vemos todo a través de nuestro egoísmo: a nosotros mismos, al mundo y por lo tanto, percibimos nuestro estado como defectuoso.

El Creador dispuso esta ilusión para nosotros, pero explica, a través de los cabalistas, que nuestro estado es perfecto y nunca fue diferente, porque está bajo el control total del Creador. Simplemente estamos en un sueño, en una ilusión, en ocultamiento. Hay algo que oculta el estado perfecto y causa esta división en el deseado y actual.

Por un lado, debes conocer tu estado actual. Pues, es lo que siente ahora, como dicen: «El juez sólo tiene lo que ven sus ojos». Por otro lado, necesitamos construir un estado deseable por encima de esta realidad -la forma en que imaginamos el mundo bajo el control de la fuerza superior perfecta, es decir, cómo debería ser el mundo en realidad.

En la diferencia entre estos dos estados, podemos estimar dónde estamos en relación con la verdad, en qué estado en relación con el final. Así, avanzaremos siempre hacia el Creador, hacia el estado de la luz superior inmutable que llena todo el universo.

Mientras más nos acercamos al Creador, mayor puede parecer la distancia entre el estado actual y el estado deseado, porque tenemos una mejor idea de lo que debería ser la perfección, en relación con nuestro estado actual.

Nuestro estado nos parece cada vez más egoísta, dañino, maligno e imperfecto y el estado deseado cada vez más perfecto. La diferencia entre lo deseado y lo verdadero aumenta, hasta que crece de cero a más infinito y menos infinito.

Para imaginar el estado perfecto de conexión con el Creador, necesitamos anular nuestro ego. Y necesitamos pedir ese estado, porque el Creador creó la diferencia a propósito, para que cuando nos desesperemos de nuestro ego, acudamos a Él y busquemos nuestra conexión con Él. Sin su ayuda, no podremos salir de ese estado.

Necesitas soñar con este estado deseable porque el hombre está donde están sus pensamientos. Por eso, vale la pena pensar más en la perfección, en el bien, darnos cuenta de que el estado que vivimos ahora, es un engaño preparado deliberadamente por el Creador para que queramos salir de este mundo de mentiras, tinieblas y ocultamiento.

Todo el trabajo es hacer el esfuerzo para salir del ocultamiento y acercarnos a la luz. Puede parecer que ese ejercicio sea autoengaño, porque siento el mundo como es ahora. Esta es mi realidad, mi vida, ¿para qué necesito fantasías?

Pero siempre hacemos planes para el futuro, sin esos planes no se puede lograr nada. Y si cada vez que construimos el estado deseado sobre el actual, quiere decir que nos guiamos por la fe en los sabios: tratamos de imaginar los estados que ellos alcanzaron y alcanzarlos.
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De la 1a parte de la  lección diaria de Cabalá 20/ene/21, «El trabajo entre el estado deseable y el existente»

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