La entrega de la Torá o el derecho de ser humano

Pregunta: ¿Qué significa vivir en una matriz llamada Torá?

Respuesta: La Torá es el sistema para ejecutar el pensamiento de la creación de deleitar a la criatura. El pensamiento mismo ya estaba incluido en la intención inicial. A partir de este pensamiento, el siguiente paso fue crear un sistema en el que evolucionarán varios subsistemas posibles, es decir; mundos, Partzufim, Sefirot y luego, el alma fue dividida en 600.000 almas.

Todo el proceso fluye de tal manera que, a partir de la oposición de la Luz y la vasija, el sistema tiene la posibilidad dar existencia a una capacidad única, llamada, autoconciencia. De repente aparece un «alguien», diferente del Creador, opuesto a Él, Su inverso y capaz de convertirse en su socio. Este alguien, revela la fuerza superior, el sistema y agrega a la creación un elemento único: la participación personal, es decir, el libre albedrío de esa criatura llamada Adam u hombre.

Todo el sistema, la Torá, el proceso y sus leyes, fue creado sólo para que la criatura aparezca y que, desde su propia perspectiva, desde la ocultación y la separación, pueda iniciar el camino y participar libremente en la creación. Aún no sentimos este elemento único e inherente; libre albedrío. Más tarde, descubriremos que a través de él, nos construimos frente al Creador y, por otra parte, nos volvemos como Él.

Aquí se desarrolla un drama especial, entre unión y oposición del Creador y el ser creado, como entre un hombre y una mujer.

Pregunta: ¿En qué momento esta matriz, este sistema, permite a la persona comenzar a participar prácticamente en su trabajo?

Respuesta: Con cada uno sucede de manera diferente, de acuerdo a condiciones generales y específicas. Esto depende de la función de un alma específica en el sistema general, de la raíz de la que vino, de la forma de su existencia, de su conexión con otras partes y de su mutua interdependencia.

Por ejemplo, inicialmente las almas más ligeras tuvieron que comprometerse en el proceso de corrección, para que almas más toscas, como nuestros contemporáneos, puedan corregirse. Pero todos tienen libre albedrío, así que, cuando alguien no completa su corrección, se produce un retraso. El retraso puede afectar a todos o afectar a alguien es especial de manera particular. El sistema es muy dinámico y dentro de él todos están interconectados.

Incluso ahora existimos dentro del sistema. Pero, ¿cuándo la persona empieza a participar conscientemente? En el momento en que comienza a trabajar conscientemente en un grupo.

Pregunta: ¿Hay algún tiempo particular en el que sea más favorable involucrar a una persona para conectarse al sistema?

Respuesta: Hay cambios continuos dentro del sistema y hay períodos de tiempo cuando hay más Luz dentro de él, agregando un mayor impacto, más poder, vertiendo energía en todo el sistema y especialmente, en las almas. Para las almas, esta Luz no viene como Luz interior, sino como Luz circundante. Porque sólo pueden ser afectadas por el sistema en el grado de su similitud con ella.

Por eso, hay momentos que son más o menos propicios, cuando el sistema es más o menos activado. Obviamente, esto no sucede de acuerdo al calendario de este mundo, sino en relación con el funcionamiento interno del sistema.

Los días de fiesta corresponden a una activación particular de arriba, que sucede según las leyes del desarrollo del sistema. Hay un inicio en el proceso, un fin y una secuencia de etapas intermedias, que el alma colectiva debe experimentar con respecto a las tres líneas; derecha, izquierda y media, de acuerdo con la cadena de genes informativos (Reshimot) y la relaciones entre deseos quebrados y los ya corregidos.

En el sistema hay muchos parámetros, a partir de los cuales es posible organizar un sistema de multitud de fórmulas en forma de matriz y resolverlo, haciendo análisis y síntesis de todo lo que sucede. Este sistema cambia periódicamente su actividad con respecto a nosotros y estos eventos especiales, cuando la Luz se intensifica o disminuye, los llamamos días especiales: celebración o duelo.

La fiesta más importante, el evento más revelador, es la entrega de la Torá. Durante este tiempo, la Luz viene de arriba y, podemos sentirla y con su ayuda, empezamos a corregirnos y volvernos semejantes a forma del sistema. En otras palabras, este no es un evento que aparece y desaparece, sino una oportunidad para conectar con el sistema, entrar en él y comenzar a trabajar con él; como socios.

Por eso, esta fiesta es tan importante para nosotros. No hay nada más importante que recibir la Torá, porque a partir de ese momento exacto, tenemos derecho de llamarnos humanos, Adam, logramos los medios con los que podemos parecernos al Creador.
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De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 24/may/17, Shamati

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