La intención del deseo

godTodo sucede dentro del deseo de recibir placer, que fue creado por el Creador. A medida que se desarrolla, este deseo pasa por ciertos cambios. Al principio lo aprobamos y no tenemos conflicto con éste. De hecho, cualquier tipo de conflicto es totalmente imposible, puesto que el hombre nunca se distancia de este deseo sino que actúa bajo sus órdenes. Todavía no ha tomado consciencia que el deseo realmente no es de él y que lo gobierna. Aún debe distinguir que estos dos aspectos dentro de sí mismo son separados: el deseo y el hombre.

Pero entonces, dentro de él se despierta el punto del Creador orientado hacia el otorgamiento, y uno empieza a sentir su deseo como ajeno a él. Empieza a distinguir entre: 1.- El deseo, y 2.- Yo (el punto en el corazón).

Los esfuerzos por cambiar los deseos de uno lo alejan aún más de ellos y uno empieza a sentirse como su esclavo. Sin importar si le aportan placer o dolor, uno empieza a comprender que se le están enviando estos deseos. La realidad parece comprender tres componentes: 1. El Creador, 2. El deseo que Él envía, 2. Yo.

La sabiduría de la Cabalá explica la cuestión de la libertad de elección respecto a cómo uno puede utilizar la influencia del grupo y la Luz Superior (Or Makif) para exaltar la importancia de la meta por encima de los intereses del cuerpo y la vida corporal y cómo transformar los deseos para alcanzar la Meta.

Así es como uno desarrolla su equivalencia con el Creador (otorgamiento).

(Extracto de la lección diaria de Cabalá del 20 de octubre 2009)

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