La ley de la existencia del alma

La única manera de acercarnos a para poder observar el principio de amar al prójimo es bajo la condición de la garantía mutua. Y para alcanzarla, tenemos que seguir el consejo de los cabalistas, hasta ese punto, de lo contrario no tendremos éxito.

Baal HaSulam escribe en una de sus cartas que si una persona se desvía aun un poco del camino correcto, cuanto más avance, su desviación y sus error se volverán mayores. De esta manera se desvía completamente de la dirección hacia la meta, a pesar de que él no sienta que se ha extraviado del camino, porque se desvía de a poco de él. Pero al final, todas estas desviaciones se suman y se convierten en un error grande y amargo.

Por esta razón las personas que deciden ir hacia esa meta deben tener un orden, un derrotero. Es como Rabash escribe: «Nos hemos reunido aquí para establecer una sociedad…» Y el principio es que todos se conecten con el propósito de anularse a sí mismo ante el resto, por encima de todos los obstáculos y molestias que vengan de Arriba, de la fuerza superior, ya sea que los veamos o no.

Todo viene de Maljut del mundo del Infinito, donde todos estamos conectados: la Luz y la vasija. Todos los deseos y las Luces existen en el mundo del Infinito en absoluta unidad y adhesión, en el estado inicial creado por el Creador, o el estado de la corrección final (estado 1 y estado 3). Sin embargo, nos sentimos como si existiéramos en el estado intermedio (estado 2), ya sea en algún lugar a lo largo de la escalera espiritual o incluso por debajo, en su grado último llamado «nuestro mundo».

Esta es la razón por la cual todo lo que nos sucede viene de Maljut del mundo del Infinito. Ese es el único lugar al cual debemos acudir para pedir ayuda, la forma en la que existimos como un hombre con un corazón, llenos de la revelación del Creador, de la Luz, de acuerdo con nuestra semejanza con Él.

Y la regla de «Ama a tu prójimo como a ti mismo» es la ley de la existencia del alma colectiva que existe en el mundo del Infinito. Por ello, esta ley es en realidad una «regla grande, general» o, como ha dicho Rabí Akiva, una vasija enorme para toda la Luz infinita que se revela en ella.

(50142 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 7/20/2011, artículo de Rabash)

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