La Luz está en mí y no fuera

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Pregunta: ¿Por qué sólo siento mi reacción hacia la Luz y nunca a la Luz misma?

Respuesta: Es correcto; mi reacción hacia el otorgamiento se denomina la Luz y no sé de dónde ni de quién procede. La Luz es lo que siento dentro de mí; es mi deseo de otorgar; la impresión dentro del deseo de recibir placer.

Y en nuestro mundo es igual. ¿Acaso sabemos qué es lo que crea el placer?  Si tomo un buen trozo de filete, preparo un platillo y me lo como, eso me proporciona placer.  ¿Me pueden explicar esto? La vaca estará muy sorprendida y se preguntará: “Si yo poseo media tonelada de esa misma carne, entonces, ¿por qué eso no me causa placer?”

Es decir, todo depende del deseo y no del llenado. La vasija espiritual (HaVaYaH, Yud-Kei-Vav-Kei), el deseo, y la Luz  dentro de ella se designan con letras adicionales, es decir, con más deseos. Pero nosotros determinamos con ellos la Luz, el placer.

Nunca siento “la carne”, sino mis emociones sobre lo que denomino, “la carne”.

(Extracto de la lección según el artículo Matan Torá (La entrega de la Torá) de Baal HaSulam, correspondiente al 29 de abril 2010).

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