La luz se concibe a media noche

v_okno_100_wp[1]El Zohar, capítulo “ Toldot”, p. 14: …A pesar de que toda persona del mundo es de Israel, todos son dignos de bendecir al Creador 

¿Pero quiénes son esos que bendicen al Creador? Son los sirvientes del Creador. ¿Y quiénes son esos cuya bendición es una bendición? Son aquellos que permanecen en la casa de Dios por la noche.

Quienes se levantan a la medianoche y se despiertan para leer la Torá. Ellos permanecen en la casa de Dios por la noche.

Y necesitan tanto ser sirvientes del Creador como también levantarse a la medianoche, pues entonces el Creador viene a regocijarse con los justos en el Jardín del Edén.

En la ciencia de la Cabalá “la media noche”  no corresponde al tiempo que determinan con el reloj astronómico según la rotación del globo terrestre, sino al estado del hombre que construye sus órganos espirituales  de la percepción (kelím).

Él está en la oscuridad si su peldaño anterior ya agotó totalmente todas sus posibilidades, como un grano que se pudrió en la tierra.

Es una condición obligatoria para hallar un peldaño nuevo: el estado anterior debe “pudrirse”  ante sus ojos.

Entonces él empieza a ver su peldaño nuevo, en la oscuridad que el siguiente peldaño, la Luz Superior  forma para él por delante.

Por ahora, con sus atributos actuales,  este peldaño nuevo le parece la oscuridad. Porque cada siguiente peldaño es el otorgamiento más grande con relación al deseo no corregido de recibir el placer que se revela a él.

Por una parte, le luce a él la luz más grande, por otra parte, se revela dentro de él un deseo adicional no corregido de recibir el placer.

Él ya tiene dentro un peldaño nuevo, solo lo siente como la oscuridad: la ausencia de la luz dentro del deseo.

Su deseo adicional aun no está corregido y, por eso,  él siente la luz como la oscuridad. Entonces el hombre busca como puede cambiar su actitud a la realidad donde está.

Porque por sí misma la realidad siempre es una parte de Maljút corregida que cada vez se revela más y más  para él.

Y el hombre cada vez cambia su percepción, su sensación, su comprensión: su percepción de su estado; entonces, demanda la luz que retorna a la fuente, no para que cambie la realidad, sino que cambie su percepción de la realidad.

Tal hombre se denomina “el siervo del Creador”, porque entiende que en cada estado todo proviene de “No hay nadie aparte de Él”, solo cambia la percepción de la realidad debido a la corrección de sus atributos (kelím).

Extracto de la lección sobre, El libro del Zohar correspondiente al 01 de marzo 2010.

Material de la Realidad:

La oscuridad es la luz oculta

¿Y todo eso está dentro de mí?

No temas a la oscuridad, en ella hay luz

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