La única plegaria

Cuando nos dirigimos al Creador, sólo puede haber una oración, la única fuente que controla todo y hace todo. La única plegaria que Él responde es la solicitud de la oportunidad de otorgar, de pensamientos sobre el otorgamiento.

Debemos ayudarnos unos a otros con envidia y la ambición de lograr, de arriba, el deseo de tener el poder de otorgar. El Creador espera esta petición y esto es lo único que está dispuesto a darnos, nada más. Continuará dando vueltas a las criaturas y al mundo entero, hasta que nos demos cuenta de que lo único que necesitamos es el deseo altruista, la fuerza de otorgamiento.

Todo esto lo podemos obtener del Creador: el deseo, la fuerza y las instrucciones para usarlo. Así, construiremos Partzufim espirituales de nosotros mismos, sobre los que escribe El estudio de las diez Sefirot y nos sentiremos cada vez más en altos grados espirituales, mundos, que eventualmente alcanzarán el grado del Creador.

Pero desde la primera etapa, comenzamos a sentir la eternidad y la grandeza de la creación, que está por encima de todas las limitaciones de este mundo e incluye todo. Todo se alcanza solo en nuestro deseo de otorgar, recibido del Creador. Lo único que necesitamos es pedirle que nos lo dé.

La plegaria debe contener un entendimiento claro de que el hombre debe alcanzar la fuerza de otorgamiento, pero al mismo tiempo, que no hay una gota de esta fuerza en él y que sólo el Creador puede darla. Este es el único deseo del hombre -recibir la fuerza del otorgamiento y nada más.

Antes, para preparar el congreso, era necesario hacer un gran esfuerzo físico: muchas horas de vuelos, visas, etc. Pero el próximo congreso será virtual y no se requerirá más que el esfuerzo interno. Queremos estar juntos con todo nuestro corazón y alma, por encima de espacio y tiempo, en un solo corazón, es decir, en un solo deseo.

Queremos combinar todos nuestros deseos de conexión e integración mutua en un deseo tal, que de alguna manera coincidirá con el deseo del Creador de conectarse con nosotros y vestirse en nosotros. Y luego «El uno se adherirá a uno» y revelaremos al Creador.

Todo depende de la fuerza de nuestra conexión en un solo deseo. Si esta fuerza es suficiente para la más pequeña revelación del Creador, Lo sentiremos dentro de nuestra unidad.

Todos tratamos de lograr nuestra conexión uniéndonos en un solo deseo. Es decir, quiero revelar los deseos de mis amigos y ahogarme en ellos. Si así nos volvemos hacia el Creador, Él nos reviste, porque Él sólo espera eso. Este debería ser el resultado del congreso. Si logramos hacerlo de alguna manera, ya estaríamos dando un paso adelante en la espiritualidad: todos se desconectarán de sus deseos corporales, todos nos conectaremos entre nosotros y el Creador completará nuestros esfuerzos y se vestirá de ellos.

Todo el que quiera alcanzar la fuerza del otorgamiento, la revelación del Creador, debe adjuntar su deseo a las aspiraciones de sus amigos y unirlos. Y el Creador escuchará esta solicitud y la responderá.

Es necesario comprender que es imposible lograr un deseo genuino de una vez. Pues, debe ir en dirección del otorgamiento y no tenemos la fuerza para hacerlo. Sólo podemos acercarnos un poco más, luego un poco más y un poco más sólo por estar integrados uno en el otro. Y por eso tenemos que hacer tantas acciones.

Si no nos integramos unos en otros, no podremos avanzar en nuestro trabajo. El trabajo es interconexión: primero estamos un poco entrelazados y luego, cada vez más. Cuando esta integración mutua alcanza la medida necesaria, logramos el resultado.

De lo contrario, el Creador no escucha nuestra plegaria. De alguna manera reacciona a cualquier llamado, pero solo responde a la plegaria perfecta.

Por lo tanto, no desesperes ni te rindas. Necesitamos tomar el ejemplo del niño que no deja ir a sus padres, no deja de lloriquear y exigir lo que quiere. Así que, gradualmente formamos y damos forma a nuestro deseo de espiritualidad y combinamos nuestros deseos en uno.

El deseo de cada uno está encajado entre los deseos de los demás y todos juntos se incluyen en otros deseos, etc. Por lo tanto, se requieren muchas acciones para lograr una conexión integral completa. Es un milagro cuando opuestos, diferentes deseos se combinan y constituyen un sistema perfecto de toda la realidad. Todos se contradicen entre sí, pero se conectan por encima de esta contradicción y crean el mundo del Infinito.
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De la lección diaria de Cabalá 21/feb/21, «Plegaria»

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