La unidad del sentido y la razón

En las ciencias externas, la inspiración suprime la mente, porque si las emociones toman el control, la mente deja de funcionar. Como se dice: «Perdió la cabeza por amor«.

Pero en lo espiritual, todo es al revés; aquí, el sentimiento y la inspiración añaden alcances y generan profundidad. El amor espiritual se construye inicialmente sobre la restricción, la pantalla y la luz reflejada, es decir, sobre la superación del deseo de recibir, a diferencia del mundo material donde nos sentimos atraídos a donde dicta el deseo.

Sin embargo, en lo espiritual, el deseo de unidad, amor y cercanía, se construye desde el principio al elevarse por encima del deseo. Así, los sentimientos y la razón no entran en conflicto, ambos actúan en la misma dirección.

Y además, logro algo que no está en mis sentidos ni en mi mente en este momento. No sigo ni mis deseos ni mis hormonas. Cada paso, tanto en la sensación como en el alcance, va en contra del egoísmo. Por eso los sentimientos y la razón se apoyan y no se contradicen.
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De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 3/nov/21, Baal HaSulam, Shamati #45 «Dos discernimientos en la Torá y en el trabajo»

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