La vergüenza que abre el corazón

Dr. Michael LaitmanEn nuestro mundo, la naturaleza egoísta extingue inmediatamente la sensación de vergüenza. Por lo general, ésta encuentra justificación para nuestras acciones: al hecho de que usemos a los demás, que robemos, y nos atribuyamos a nosotros mismos diferentes cosas. Usualmente ni siquiera le prestamos atención al hecho de que nosotros calculamos todo de manera egoísta y tratamos a los demás egoístamente, mirándolo y evaluándolo todo desde la perspectiva del interés personal.

Nosotros no sentimos vergüenza alguna por eso. Si pudiéramos ser más sensibles con respecto al atributo de recepción y otorgamiento, y si pudiéramos revisar dónde recibimos y dónde damos realmente y de acuerdo a qué principio nos miramos el mundo, entonces simplemente se quemaríamos debido a la terrible vergüenza.

Si el atributo de otorgamiento se me revelara en toda su supremacía, yo podría verme en mi verdadera forma, como un pequeño insecto negro que sólo se preocupa por la comida y que aspira a arrebatar la mayor cantidad posible y a tragarse todo lo que ve. Entonces la vergüenza podría quemarme debido a la sensación que no soy nada en comparación con el verdadero atributo de otorgamiento.

La persona también puede encontrar aterrador el hecho de pensar que esto de repente puede revelársele a todos, a toda la humanidad. Podemos decir, bueno ¿qué podemos hacer? Después de todo ella es sólo un ser humano, un ser creado que actúa de acuerdo a su naturaleza sobre la que no tiene control. Pero aun así sería terriblemente avergonzada. Ella prefería morir antes que sentir tanta vergüenza.

No hay mayor sufrimiento que la vergüenza, dado que está en la base del deseo general de recibir. La primera restricción fue el resultado de la vergüenza, puesto que la vergüenza borra el concepto de Adam (un ser humano). La fase cuatro se anula a sí misma si siente vergüenza, ya que la fase cuatro es la sensación de una persona independiente que está lista para llevar a cabo sus decisiones. La vergüenza, sin embargo, es en realidad la sensación totalmente opuesta y por lo tanto anula la personalidad de la persona.

Sin embargo, mientras tanto nosotros hablamos de nuestro estado actual, en el que aún no hay Adam, sino sólo un pequeño animal que todavía no es responsable por sus acciones. Él recibió todos estos atributos del superior, del Creador, y por eso «vayan al artesano que me hizo», vayan con la persona que ha creado a esta criatura. Pero si nosotros comenzamos a descubrir el atributo de otorgamiento que reside en este mundo, al Creador, y nos valoramos de acuerdo a Él, entonces se revelará entre nosotros una disparidad muy grande, en todos los sentidos, que antes no podíamos siquiera imaginar.

La vergüenza es tan poderosa que sólo gracias a ella tenemos la oportunidad de prevalecer contra nuestro ego y corregirlo, al igual que en el mundo de Ein Sof (Infinito), Maljut renunció a todo a causa de la vergüenza. Esta no fue una sensación de vergüenza debido a que recibió y estuvo frente al Creador y se avergonzó de sus atributos, sino que se sintió avergonzado porque no podía otorgar como Él lo hace. Esta es una vergüenza totalmente diferente, es la vergüenza del nivel del final de la corrección comparada con nosotros.

Nosotros, por otro lado, descubrimos gradualmente nuestro ego. Primero, estoy avergonzado de que me enseñaron a robar, de que mi mentira ha sido revelada, de que quiero usarlos a todos, y dañar a los demás. La revelación de la vergüenza me ayuda a ponerme en la posición correcta para no ocultarme como lo hago ahora, como un animal asustado que tiene miedo de ser avergonzado. Por el contrario, yo estaré dispuesto a revelar todo mi mal y a avergonzarme yo mismo con el fin de salir de esta fuerza de resistencia, para superar y vencer al ego y construir un Masaj (pantalla) contra el ego.

Yo necesito un Masaj, no para extinguir mi vergüenza, sino con el fin de cambiar mis atributos, pasarlos de la recepción al otorgamiento. A menos que esto ocurra, yo puedo soportar la vergüenza, ya que esto sólo abre mi corazón y derrama toda la verdad.

Así que la adhesión es inseparable de la vergüenza y la corrección. Nosotros no debemos tener miedo de la vergüenza, sino que tenemos que sentir y entender que lo principal es que nos elevemos por encima de lo que tenemos para poder trabajar con este atributo que puede llevarnos hacia las correcciones.
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De la 1° parte de la Lección diaria de Cabalá del 18 de Marzo del 2013, «Matan Torá» (La entrega de la Torá)

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