Las oscuras letras que nos traen Luz

El alcance es interno, y no hay nada por fuera de nosotros. Todo lo que aparentemente nos rodea es simplemente una ilusión temporal, incluyendo este mundo imaginario, e incluso el mundo espiritual. Pero en el mundo espiritual al menos somos conscientes de que algo sólo parece estar por fuera de nosotros, porque es rechazado por nuestro ego.

Incorporamos los deseos de los demás en nosotros, según la medida de nuestra capacidad para hacerle sombra a nuestro egoísmo y ocultarlo, para darle la intención por el bien del otorgamiento, y hacerlo de acuerdo con el principio de «Ama a tu prójimo como a ti mismo», la ley de la Luz.

El símbolo de todas estas correcciones es una construcción especial llamada Sucá que nos muestra cómo construir la sombra. Nuestro hombre interior se sentará dentro de la Sucá y tomará los cuatro símbolos de Sucot con él: tres que pertenecen a Zeir Anpin (el Lulav [una rama cerrada de una palma datilera], los Hadasim [tres ramas con hojas del árbol de mirto], y las Aravot [dos ramas con hojas del sauce blanco]), y el cuarto (el Etrog [una fruta de un árbol de citrón, similar a un limón o toronja]), que pertenece a Maljut. Él los conectará entre ellos y empezará a balancearlos: hacia la derecha, la izquierda, adelante, atrás, arriba y abajo, en las seis direcciones que corresponden a las seis Sefirot de Zeir Anpin (VAK). Y al mismo tiempo él está dentro de la Sucá, donde sus tres paredes corresponden a las tres Sefirot de Jesed, Tifferet, Gevura (HGT). La Sefira Netzaj es el techo de la Sucá, y la Sefirá Jod es el suelo.

Resulta que el hombre se une por completo con Zeir Anpin, lo que representa las cualidades superiores de otorgamiento de él. Y cuando se conecta con todas estas cualidades en todas las direcciones, es decir, en todas las cualidades de VAK de Zeir Anpin, mientras que él mismo representa Maljut, al hacerlo de esta manera corrige y conecta todas estas cualidades juntas.

Y todo esto se hace gracias a la sombra, que puede ya sea ocultar o revelar. Una sombra que oculta es cuando trabajamos en contra de nuestra inclinación al mal, el deseo egoísta. Y la sombra que revela es cuando escribimos las letras de nuestro trabajo como si estuviéramos utilizando tinta negra sobre un fondo blanco. Así creamos las diferentes formas de ocultamiento, que son similares a la Luz. Gradualmente, toda la oscuridad se convierte en Luz debido a la creación de diferentes sombras (por ejemplo, en la forma de las alas).

El hombre no se conecta con la Luz, sino más bien con sus formas, y por el contrario, al ocultarse de la Luz con la ayuda de las sombras, construye formas similares a la Luz, al otorgamiento. Este es nuestro trabajo. Nosotros trabajamos hasta que adquirimos la equivalencia de forma y la adhesión (Zivug) con la Luz con la ayuda de todas las sombras, de todas las formas de oscuridad, de las «letras», y de las colisiones con la Luz. Y al final toda la oscuridad brillará como la Luz.

Nuestro trabajo es crear formas de oscuridad, formas de letras, tales como las líneas negras y curvas y hacerlas similares a la Luz. Por ello, el símbolo de todas estas correcciones es la cobertura de la Sucá. Y todo nuestro trabajo consiste en encontrar la manera de construir ésta cubierta por encima de nosotros y sentarnos bajo su sombra, que nos permitirá alcanzar la Luz. Toda la Luz Circundante que nos llega y la que se mantiene por encima del techo de la Sucá actúa en nosotros, en la Sucá, de manera que las formas de la oscuridad brillan como la Luz para nosotros.

(57423- De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 10/12/2011, Escritos de Rabash)

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