Liberarse del egoísmo funde el tiempo en un solo instante

Laitman_2009-08_2934[1]La ciencia moderna, la biología, psicología y otras materias de investigación humana nos llevan a comprender que el tiempo, el espacio, el movimiento y nuestra imagen de la realidad son percepciones y nociones relativas.

Muchas personas empiezan a hablar sobre esto y el Internet rebosa de artículos sobre el tema, algunos de ellos acercándose a la verdad. En verdad, la mente humana ha llegado a la frontera misma entre los dos mundos.

Por supuesto, los científicos no pueden visualizar lo espiritual, pero la disposición favorable para percibirlo se empieza a revelar.

Es por esto que se vuelve más sencillo explicar la noción de tiempo en la espiritualidad. Aunque al principio aparezca ser absoluta, es un concepto relativo, puesto que tiene su origen en nuestra percepción de la vida, como el tic tac de un reloj o el palpitar del pulso. En ocasiones el tiempo “vuela” y en otras se “arrastra”.

Se han descubierto espacios en el cosmos en donde el tiempo se detiene, incluso se habla de áreas en donde el tiempo de hecho fluye hacia atrás. Existen estrellas que no emiten radiaciones sino que más bien las absorben. ¿Qué significa esto en relación con el fluir del tiempo?

El tiempo es un parámetro físico que puede cambiar dependiendo de la relación entre la velocidad y la masa.

En el espacio espiritual, el fenómeno del tiempo, lugar y movimiento existe en su forma verdadera y absoluta que a medida que vayan siendo comprendidos podrán aplicarse también a nuestro mundo. En lo espiritual, así como en nuestro mundo, la evaluación correcta del tiempo lo constituye un número de acciones que se suceden una tras otra. La clave no está en la longitud de las acciones en el tiempo o los intervalos de tiempo entre las acciones, sino solamente en la cantidad de las acciones. El tiempo se evalúa únicamente por la cantidad de acciones completadas. Si la cantidad es importante, entonces, habrá pasado mucho tiempo: inversamente, muy poco tiempo es indicativo que pocas acciones se han completado. La sensación del tiempo del hombre viene de las Klipot (deseos egoístas). Una Klipa tira del tiempo como de un hule desde el punto en donde la causa y la consecuencia (eventos consecutivos) se unen como uno solo. Los divide e integra la sensación de un intervalo entre ellos.

Esta sensación de un intervalo se origina para nosotros desde una Klipa, nuestro egoísmo, que se encaja entre la causa y la consecuencia que está entre los acontecimientos. Si nos liberamos de eso, entonces el intervalo desaparece y la causa se une a la consecuencia, fundiendo todo en un instante.

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