Lo difícil al estudiar Cabalá es que te pide que adquieras nuevos valores. Por eso, aquellos que no están preparados o dispuestos a hacerlo por falta de paciencia, se van. No creen que este estudio les traerá resultados verdaderos y realmente no entienden de lo que trata esta ciencia.
Aquí necesitas paciencia para permitir que la Luz superior trabaje en tí, la fuerza que nos transforma en un nuevo ser. Gradualmente empezamos a sentir, entender y juzgar a través de nuevas definiciones.
Aunque alguien por fuera pareciera ser la misma persona, en realidad es completamente diferente. No se puede determinar por definiciones corporales, valores ni reglas usuales. Ya piensa en términos de igualdad de forma con la fuerza superior, de manera muy diferente.
Tal cambio cualitativo llega a través de la influencia de la Luz superior, al pasar por una intrincada revolución interna. Toma muchos años, porque esos cambios ocurren gradualmente, en pequeños pasos.
Incluso esto es difícil de hacer. Es mucho más fácil avanzar con el grupo en el cual puedas sostenerte. Si la persona se sostiene en el grupo con sus ojos cerrados, supera todas las dificultades.
Cierra la puerta a sus viejos valores y del grupo, de la unión de los amigos, recibe nuevos, es decir, un nuevo kli (vasija), donde la decena se vuelve uno: recibe mente y sensaciones nuevas, una nueva actitud, nuevas unidades de medida.
Es un período muy difícil y delicado, sobre lo que está escrito: “Mil entran al salón de clase y sólo uno sale a la Luz”. Tienen que tener mucha paciencia para que la Luz superior trabaje en ustedes y les de nuevas cualidades. De esto se habla cuando se dice: “Haz todo, pero no abandones”.
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De la 2a parte de la lección diaria de Cabalá, 5/mar/18, Talmud Eser Sefirot
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