Tora, Deuteronomio. 22:19 Y además, lo multarán con 100 shekel de plata, suma que deberá entregar al padre de la chica por haber difamado a una muchacha virtuosa de Israel. Además, deberá mantenerla como esposa, perdiendo de por vida el derecho a divorciarse de ella.
Una persona quiere ‘casarse’, quiere desarrollar su deseo, ver a su descendencia, todo tipo de satisfacciones y placeres. Y de pronto entiende que no puede hacer nada. No puede seguir ese camino ni superar ese deseo. No es suyo y le es totalmente ajeno.
Quiere disfrutar la vida y este deseo lo lleva a otra cosa, indica que debe avanzar al Creador, renunciar a sus placeres y planes. No quiere tal deseo, tal esposa. Sin embargo, exactamente es el deseo que debe corregir, que se manifiesta en él de forma tan egoísta. Más tarde tendrá que volver a él y corregirlo.
Sin embargo, ahora asciende y entra en contacto con el siguiente nivel, aunque pagó cien shekels de plata por él, es decir, recibió un castigo decente delante de todos, como vergüenza, temor y odio.
Por lo tanto, se conectó con el nivel superior y sin esta renuncia, no podría tomar su deseo y empezar a corregirlo. Es el escape de la corrección que es condición necesaria, antes de poder cuidarlo y corregirlo.
¡No hay a donde ir! Por eso, vemos cómo la humanidad, lentamente es empujada a condiciones difíciles y nosotros por nuestro lado, desarrollamos cada vez más nuestro método, acercándolo a la humanidad, diseminándose y sin duda, nos encontraremos con ellos en alguna parte. Esta es la ley de nuestro desarrollo.
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De Kabtv “Secretos del Libro Eterno” 5/oct/16
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