Los placeres del futuro

La persona es una «copa» vacía, la cual quiere constantemente ser llenada. Si el deseo en la persona desaparece, es como si esta estuviera muriendo, apagándose. Y es lo contrario cuando sus deseos arden, y mientras los deseos son más grandes y elevados, la persona es más elevada y grande.

Es decir, nosotros evaluamos a la persona de acuerdo con sus deseos: su cantidad, fuerza y cualidad. Es bueno cuando la persona tiene muchos deseos buenos y fuertes.

Entonces, ¿Cuál es el problema? En realidad, no somos nada más que un deseo: el deseo de recibir llenado y de sentir placer. ¿De qué depende? Depende de nuestra educación. Algunas personas disfrutan cuando comen caracoles y gusanos; otras cuando comen pasteles y helado; y otras disfrutan de jugar el bádminton o en la piscina, mientras que a otras les gusta volar o saltar de un acantilado, etc. Cada uno disfruta de diferente manera.

Tenemos que dirigir a la persona hacia los llenados que son benéficos para la sociedad. Si a la vez esto le hace más saludable, este llenado también trae un beneficio social, tanto para él como para la sociedad. Necesitamos estimular y activar este tipo de deseos en la persona.

En la sociedad integral la persona recibirá placer al participar en un trabajo social, en la vida pública, y en la educación de la generación joven, de tener un buen tiempo libre. Todo depende de cómo eduquemos a la persona.

(61768 – De un programa de televisión «El Mundo Integral» del 10/30/2011)

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