No hay nada más que El Creador

La frase “No hay nada más  que Él”, significa el principio y el fin del camino espiritual. No me gusta hablar de forma abstracta, pero esto es increíble. Se requiere entrar a este concepto muchas veces. 

No hay nadie actuando, salvo el Creador. Nadie en el mundo tiene la oportunidad de hacer nada, porque solo el Creador, es decir, la luz superior, crea, da a luz, mueve y hace todo. En general, toda la energía, toda la fuerza, todo lo que sostiene, crea y transforma todas las cosas vivas, es solo la fuerza de luz, la fuerza del Creador. 

Sin embargo, el Creador ha puesto una chispa en nosotros, con cuya ayuda podemos influir en algo en nosotros, con base en esta chispa y no en el egoísmo. 

Nuestro egoísmo es algo inanimado que no puede invertirse. Pero todas las cosas que existen en nosotros y en la naturaleza del inanimado, vegetal y animal, existe debido a esta chispa.  

Hay personas en quienes esta chispa empieza a motivarlos a acciones similares al Creador. No solo los anima, sino que les da el deseo de volverse como Él. Esas personas son llamadas “Adam”, de la palabra “Domeh semejante.”

Si esta chispa en las personas está en la primera, segunda y tercera fase, es decir, en la inanimada, vegetal y animal, entonces, los mueve y desarrollan la ciencia, la cultura, la tecnología, etc.  

Y cuando su intensidad alcanza la cuarta etapa en una persona, entonces, anhela la equivalencia con el Creador. Es llevada a algún lado más allá de las nubes, debe encontrar el propósito de la vida, su origen. Esas personas son llamadas Israel, lo que significa “directo al Creador”.  

Abraham reunió a esas personas en Babilonia y empezó a trabajar con ellas, sobre el ascenso hacia el Creador. Por eso son llamados cabalistas. Estas personas existieron en todos los tiempos y existen hasta este día.  

A través de la historia, muchos científicos y filósofos, no necesariamente judíos, entendieron esto, estudiaron e interpretaron correctamente la ciencia de la revelación del Creador, porque tenían esta chispa, este punto en el corazón, esta estrella. Lleva a la persona hacia el Creador y revela que solo hay una única fuerza de luz que controla todo. 

No obstante, debido al hecho de que un punto del cuarto grado se despierta en la persona, ella misma puede invitar la influencia de la luz sobre sí misma, pero solo si realmente quiere volverse como esta. Si desea sobreponerse a su egoísmo o incluso cambiarlo por otorgamiento, en vez de recibir, entonces puede pedir que la luz lo haga. Pero en cualquier caso, solo la luz hace todo y por lo tanto, no hay nada más que  Él. 

 

¡Adelante!  Prepárate para recibir al Creador

 

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