No puedes entrar en el mismo río dos veces

Medium publicó mi nuevo artículo «No puedes entrar en el mismo río dos veces«

La nueva realidad será un mundo diferente, donde la mala voluntad y el maltrato a los demás se volverán despreciables, y la humanidad abandonará el ego de una vez por todas.

Podemos sentirnos aliviados porque la economía se está reabriendo y  salimos del encierro, pero como dijo Heráclito, “No se puede entrar en el mismo río dos veces”. Nuestro estilo de vida anterior al coronavirus no volverá. Estamos en una nueva era y mientras más rápido y más conscientes nos adentremos en ella, más fácil será la transición. Mientras más nos resistamos a la transformación, más traumática será.

La COVID-19 nos trajo a una nueva realidad. Es la primera vez que realmente vemos que la humanidad es una entidad cuyas partes son interdependientes. También es la primera vez que nos damos cuenta de que, pensar en nosotros mismos es inútil, pues otros pueden infectarnos sin importar lo cuidadosos que seamos. Esta pandemia fue la primera lección de responsabilidad mutua que nos dio el coronavirus y es una de muchas otras por venir.

“La sociedad apreciará más a los que promueven el bienestar general, todos se valorarán de acuerdo con su contribución social”.

Ahora que aprendimos que somos responsables unos de otros, gradualmente aprenderemos lo que eso significa, en cada aspecto de nuestra vida. Al principio, es posible que deseemos regresar a la vida anterior, de excesivo consumo y cuidar nuestro derecho, pero eso dará como resultado el regreso del virus o sus “sucesores”. Ya somos conscientes de que nuestro maltrato al medio ambiente nos infligió esta amenaza, por eso, a medida que sufrimos, más y más golpes recibiremos de la naturaleza como “represalia”, entonces aceptaremos que ya no podemos vivir como lo hicimos antes.

Al dejar el capitalismo desenfrenado y la competencia despiadada, inevitablemente habrá altas tasas de desempleo. En ese punto, el virus (o sus implicaciones) enseñan otra lección: las autoridades cuidarán que cada persona obtenga un ingreso básico que le proporcione lo esencial: alimento, ropa, atención médica, vivienda y educación.

A medida que más y más trabajos se automaticen, el nivel de desempleo aumentará y obligará a las autoridades a repensar sus prioridades. La provisión de ingresos básicos mantendrá a la gente en el nivel físico, pero su ociosidad y falta de desafíos afectará su salud mental y la volverá apática e ingobernable.

Aquí es donde entrará en juego la siguiente lección del coronavirus. Para hacer frente a la creciente apatía, las autoridades se verán obligadas a condicionar la recepción del ingreso básico, a la participación en cursos y capacitación. Aquí iniciará la transición real de la sociedad hacia la nueva era.

Los entrenamientos y cursos se enfocarán en dos categorías: tecnología y sociedad. Los cursos de tecnología dotarán a la gente de las habilidades profesionales requeridas en una era donde los trabajos cambian rápidamente y se evaporan aún más rápidamente. La habilidad de aprendizaje deberá perfeccionarse para que puedan ser flexibles y estar abiertas a los cambios.

La formación más complicada será la social. Primero, la gente aprenderá que el mundo es un sistema integral cuyas partes están interconectadas y son interdependientes.

La gente se siente bien cuando puede vivir de acuerdo con sus valores, la capacitación se centrará en los méritos de los que contribuyen con la colectividad. Gradualmente, se dejará de percibir el éxito como obtener posesiones y se percibirá como el avance de  todo el grupo. Pues la sociedad apreciará más a los que promueven el bienestar general, todos se valorarán de acuerdo con su contribución. Así, se percibirán como parte del cuerpo común de la colectividad y funcionarán en armonía con él.

Una vez que hayamos procesado totalmente estas lecciones, ya no nos maltrataremos entre nosotros ni a la naturaleza. La cosmovisión se volverá expansiva y plena, y se comprenderá la realidad desde el punto de vista de todos y de todo el planeta, nuestro hogar común. La actitud de la gente entre sí y hacia la naturaleza cambiará de negativa a positiva. Así como antes fue natural preocuparnos por nosotros mismos, ahora será natural preocuparnos por los demás. Y dado que todos actuarán igual, la nueva realidad será un mundo diferente, donde la mala voluntad y el maltrato a los demás se volverán despreciables, y la humanidad abandonará el ego de una vez por todas

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