¡Nunca ventiles la ropa sucia!

Pregunta: ¿Deben los cursos integral familiares enseñarse de manera diferente a los hombres y a las mujeres? Después de todo, estas son dos fuerzas diferentes.

Respuesta: Aquí, no hay distinción. Por primera vez estamos llegando a la igualdad en el mundo, donde todos son iguales. En el sistema de formación integral, todos estudian en igualdad de condiciones: un niño, un adulto, una persona mayor, un marido y una esposa, un hombre o una mujer, casados o solteros. Lo más importante es tener frente a ti a alguien con quien trabajar.

En una familia tenemos un socio natural, y por lo tanto tenemos que empezar esta educación desde la familia. Sería bueno que cada familia comenzara a sentir una gran necesidad por esto. El problema es convencer a las personas que son incapaces de hacerlo, que no lo quieren, no están interesadas, y que piensan que a través de esto, alguien invade el territorio de ellos, o interfiere en sus relaciones privadas.

Por lo tanto, es necesario explicar desde el principio que este método no implica ventilar la «ropa sucia» de ellos. No tocamos esto en absoluto y no tratar de averiguar qué está pasando entre ellos dentro de su familia. No los persuadimos para que hagan concesiones a los demás, no preguntamos acerca del pasado y, en general, no tenemos en cuenta nada de lo ocurrido hasta este momento. Nosotros les enseñamos cómo elevarse por encima de todo, desde este punto en adelante y cómo no andar hurgando de nuevo en esa ropa sucia.

Pregunta: Esto es interesante porque en otros cursos, psicológicos convencionales, me dijeron muchas veces que es necesario hablar de nuestros problemas y desahogarnos. Y, en efecto, esto trae alivio y nos quita un peso del corazón.

Respuesta: Pero esto es sólo un alivio temporal, por algún tiempo, al igual que la reconciliación después de las lágrimas. Realmente no necesitamos hurgar en nuestros crímenes contra los demás. Después de todo, está escrito que «el amor cubre todos los pecados», y cuanto mayores sean estos pecados, más alto y mayor será el amor cuando nos elevamos por encima de ellos. Resulta que estos pecados están ayudándonos realmente a construir el amor. Y si no estuvieran allí, el amor tampoco sería tan fuerte.

Por lo tanto, los pecados deben permanecer. Pero esto no significa que yo tenga que recordarlos constantemente, ellos se revelarán por sí mismos, no te preocupes por eso. Sin embargo, yo no los reprimo, no libero la tensión, sino que acepto todo como es. Yo tengo un vagón cargado en su totalidad con las transgresiones de mi pareja, pero cubro toda esta montaña con mi amor y me acerco a él o a ella. Y entonces mi amor se vuelve enorme y creciente, por encima de esta pesada carga.

(84372)
Del programa de televisión «Una nueva vida» del 7/11/12

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