¿Quién necesita más a quién?

Dr.laitmanLa Torá, «Levítico» (Sheminí), 9:22, 9:24: Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y lo bendijo. Luego descendió de la preparación de la ofrenda por el pecado, la ofrenda quemada y la ofrenda de paz.

Y Moisés y Aarón entraron en la Tienda de Reunión. Luego salieron y bendijeron al pueblo, y la gloria del Señor se le apareció a todo el pueblo. Y el fuego salió de delante del Señor, y consumió la ofrenda quemada y las grasas que había sobre el altar, y todo el pueblo vio, cantó alabanzas, y cayó sobre su rostro.

En el mundo espiritual todo está construido en forma de pirámide. El pueblo son los deseos más numerosos, pero los más débiles y los más bajos son corregidos por los deseos más elevados. Ambos son deseos egoístas, pero su corrección se realiza simultáneamente en la conexión entre ellos. Así que el atributo de amor y otorgamiento se revela gradualmente a medida que es transmitido desde los más altos deseos a los más bajos por medio de la ayuda mutua entre ellos.

Aquí opera el sistema mutuo de la Luz Directa y la Luz Retornante. Éste no es discreto sino analógico, así que no funciona en fases sino simultáneamente desde el principio hasta el final. Es imposible que algo ocurra al principio y algo más al final, porque el sistema funciona de forma simultánea de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.

Este es el principio del mundo espiritual. En nuestro mundo también hay este tipo de sistemas analógicos. El inferior y el superior dependen uno del otro y se complementan mutuamente y, a menos que se extienda desde la parte superior hacia abajo y desde abajo hacia arriba, no habrá una revelación plena del Creador.

La aparición del Creador ante la nación es la revelación del atributo de amor y otorgamiento, y tiene que revelarse no sólo en los niveles superiores, sino también en los niveles más bajos. Con el tiempo la sensación del Creador, Su alcance, tiene que sentirlo todos en la forma completa. Cuando Él se revela, desaparecen por completo las diferencias entre todos.

El Creador se les revela a todos: a Aarón, a Moisés y al pueblo. En general, no hace ninguna diferencia en qué nivel esté cada uno. Todos se vuelven iguales en poder y son llenados por igual.

El inferior le sirve al superior, El superior le sirve al inferior, y ambos le sirven al Creador. El Creador le sirve cada uno de ellos y a todos ellos juntos. El resultado es un sistema global integral cerrado en el que todos están totalmente conectados. El Creador está conectado con los otros, no menos de que lo que ellos están conectados con Él, como una madre con sus hijos. Es sólo que no está claro quién necesita más de quién. Finalmente resulta que todos necesitan de todos.

Dicha convención completa se alcanza en nuevos atributos altruistas que son el resultado de la purificación y la correcta preparación de la ofrenda, es decir de mí mismo. Cuando nos ofrecemos a nosotros mismos, lo cual significa que nos acercamos a los atributos del Creador, Él se revela en nosotros. Es más, Él se nos revela a todos por igual.

Todos comienzan a entender que trabajar por sí mismos, por los demás y por el Creador, son la misma cosa. Cualquier sentido diferente del ser creado desaparece de alguna manera. Todo se revela como un mundo de Ein Sof (Infinito), como adhesión completa.
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– Del Kab.TV «Los secretos del Libro Eterno» del 12/18/13

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