Pregunta: Si el Creador despierta deseos y a partir de ellos surgen pensamientos, resulta que ni deseos ni pensamientos no son míos. Entonces ¿quién soy yo?
Respuesta: Nadie. Tú eres el que ejecuta esos pensamientos y deseos, mente y corazón fluyen a través de ti. Nada más.
¿Cómo puede una persona tener algo propio? El organismo nace, crece y se desarrolla ¿cómo puede surgir algo por su cuenta en una persona? ¿a partir de qué? ¿a partir de la influencia del mundo exterior? Es un elemento del mundo exterior y lo que siente, lo que fluye a través de él, depende de cómo lo afecta el mundo ¿realmente eso le pertenece? No, esto es lo que pasa a través de él.
Esta es nuestra vida animal.
En realidad, cada humano es realmente grande, pero permanece en estado latente, inactivo, hasta que es despertado y abre sus ojos. Hasta entonces, vivimos nuestras vidas; regresamos una y otra vez hasta que nuestra participación consciente es requerida.
Todos los que nos escuchan tienen un punto en el corazón, el cual en cierto momento apareció en ellos. Ya no son movidos como robots. Fueron llevados a escuchar, a comenzar a entender, a ver el método, a volverse conscientes del gran sistema del universo en el cual existen y ver que pueden trabajar de forma consciente y eficiente por sí mismos.
Desde mi perspectiva, esas personas son completamente diferentes a las otras; porque en aquellos que simplemente existen a nuestro alrededor, el punto en el corazón aún está dormido. En El libro del Zóhar son llamados “durmientes”. Sus ojos están vueltos hacia adentro porque valoran sólo su egoísmo y nada más. No pueden ver hacia afuera para apreciar a través de la cualidad de otorgamiento y amor.
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De la lección de Cabalá en ruso 15/ene/17
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