Torá, Deuteronomio 24:7: Si un hombre rapta a uno de sus hermanos israelitas, lo esclaviza y luego lo vende, al ser descubierto debe ser condenado a muerte. De ese modo eliminarás de ti el mal.
Esto está absolutamente prohibido y obviamente no puede suceder a causa del principio “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Entre las naciones del mundo, la gente fue raptada todo el tiempo.
La Torá habla de la actitud interna: no puedes usar tus deseos no corregidos o corregidos de forma egoísta.
Por ejemplo, si has logrado cierto éxito trabajando en ti mismo y de pronto el egoísmo es manifestado en ti y dices: ‘Convirtamos el éxito en un negocio o en un pasatiempo placentero. Lo mereces’, entonces así, matas todo lo que hiciste.
Esto es llamado “raptar a tu hermano” y venderlo. Si tu deseo egoísta quiere trabajar dentro de ti de esta manera, debes destruirlo.
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De Kabtv “Secretos del Libro Eterno” 26/oct/16
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