Pregunta: Cada persona quiere recibir recompensas por sus acciones en la vida, no castigo. Pero a veces, aunque intentamos con todas nuestras fuerzas, no importa lo que hagamos, todo resulta desfavorable y ni siquiera está claro por qué ¿hay algún tipo de conexión entre nuestras acciones y los resultados que experimentamos en nuestra vida?
Respuesta: Esta no es una pregunta sencilla, porque todo el sistema está oculto de nosotros. Recibimos recompensas y castigos por todas nuestras acciones, pero ¿quién sabe exactamente qué es considerado recompensa y qué es castigo para nosotros?
Sólo una cosa se puede decir con seguridad: existimos en un sistema estricto de la naturaleza y por eso, cada uno de nuestros deseos —su uso, acto, palabra o hecho, cada matiz de nuestro comportamiento, inconsciente o intencional, cada pensamiento— todo afecta al sistema y, el sistema nos responde.
Todos existimos como dentro de una red, el problema es que no sentimos esta red. Pero sin duda, hay recompensa o castigo por todo. Todo este sistema se llama «realidad» o «mundo». Pero, este es el mundo real, no el que aparece frente a nuestros ojos. Vemos sólo un segmento pequeño, una parte minúscula de la verdadera realidad.
Es imposible imaginar todo el sistema, si queremos entender el significado de nuestras acciones a través de la pequeña parte de este sistema general que podemos percibir y llamamos «este mundo». Por eso, no sabemos qué respuestas desencadenan nuestras acciones. Hago algo y no entiendo qué tipo de influencia tengo en el sistema y asimismo, no siento la acción en respuesta, en su forma completa y verdadera.
Este es el problema de la ocultación. Todo el sistema se nos oculta. Recompensa y castigo son un área incomprensible y desconocida que no podemos investigar y mientras más estudiemos el sistema de la naturaleza, con ayuda de nuestras ciencias, más nos convencemos de que estamos entrando en espacios cada vez más internos y profundos, que se vuelven aún menos comprensibles para nosotros.
La naturaleza no se vuelve más clara, sino más oscura. No hay fin a esta profundidad. Por eso, es poco probable que en algún momento podamos descubrir la naturaleza del hombre, con la ayuda de la ciencia. En un tiempo, se intentó con psicología, pero muy rápidamente nos convencimos que ese no es el camino, porque inmediatamente caímos en áreas desconocidas que no ceden a los estrictos métodos científicos de investigación.
La sabiduría de la Cabalá nos dice que debemos alejarnos de la investigación del mundo exterior. Porque el mundo exterior es una ilusión que se forma dentro de nosotros, dentro de nuestros cinco órganos sensoriales, en respuesta a nuestra interacción con una parte mínima del sistema. Esencialmente, la punta del iceberg, mientras que el 99% de este sistema, sigue siendo desconocido.
Por esta razón, vale la pena concentrar nuestros esfuerzos en descubrir el sistema interior de percepción, en otras palabras, expandir nuestros órganos sensoriales hasta el punto en que, gradualmente, recibiremos y revelaremos todo el sistema de la naturaleza. Cuando comencemos a descubrir este sistema, sentiremos lo qué recompensa y castigo significan y qué efecto tienen realmente nuestras acciones, es decir, cuáles son buenas y cuáles son malas.
Comenzaremos a percibir con mayor precisión los acontecimientos que se despliegan. Teniendo en cuenta que es posible que hoy percibamos recompensas y castigos como niños pequeños que piensan que dulces y refresco, son recompensa. Pero, sabemos que esto no es cierto en absoluto y que es castigo para el cuerpo, una influencia negativa, no positiva.
Por lo tanto, todo depende de quién juzga. En otras palabras, ¿podremos subir a un nivel más alto cada vez, como una madre con su niño, que lo protege de todos los problemas y no hace nada que pueda serle dañino? Por eso, lo que parece recompensa para el niño, para la madre, es castigo.
Así, siempre podremos comprobar, con respecto al grado superior y, en consecuencia, examinar y decidir dónde, en realidad, es recompensa y dónde castigo. La ciencia de la Cabalá nos permite hacerlo, a pesar de que nos exige un gran esfuerzo. Pero sólo de esta manera podemos descubrir que todo es realmente lo contrario, igual que con los niños. Lo que nos parece hoy recompensa, se descubre que es castigo y los castigos aparentes, son en realidad recompensas.
Existimos en un sistema falso construido enteramente sobre nuestro egoísmo, nuestro deseo de recibir placer y toda la realidad, todo el sistema, se comporta de acuerdo con una ley completamente diferente, la de otorgamiento mutuo. Es un sistema integral, dentro del cual cada elemento interactúa en completa armonía con las demás partes.
En este sistema, nadie hace cálculos para su propio beneficio, sino sólo para el bienestar de todo el sistema y lo que es bueno para el sistema general, se llama recompensa por todas sus partes. Lo que es bueno para una parte que se opone a todo el sistema, se llama castigo.
De acuerdo al grado de nuestro desarrollo y conexión correcta con el sistema general, cambiaremos nuestra comprensión de recompensa y castigo, de tal manera que consideremos recompensa lo que beneficia a todo el sistema y, lo que es bueno para mi egoísmo, en oposición al sistema, lo considero castigo.
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De Kabtv “Una nueva vida” 2/feb/17
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