Recuerda…

La fiesta de Purim es la más feliz, el mejor momento para grandes misericordias. Purim simboliza todo nuestro trabajo espiritual.

Todos los días festivos están relacionados con la corrección del alma destrozada de Adam HaRishon, el primer hombre, pero sólo Purim significa el fin de ese proceso, la última acción, llamada Gmar Tikkun, fin de la corrección.

Así recordamos todo nuestro deseo egoísta de recibir placer con todo su tremendo peso y comprendemos que no hay forma de resistirlo. Somos muy débiles. Incluso el justo Mordejai se sienta en una roca frente a la puerta del rey, un pobre anciano que nadie nota, mientras que Amán gobierna todo el reino como la mano derecha del rey.

El Creador, a propósito, corona al ego para que gobierne, como está escrito, ‘Creé la inclinación al mal’. Y el faraón (egoísmo) es el rey del mundo, en varios roles y personajes. Solo cuando el hombre siente que su propia existencia está amenazada, despierta, ¿quién lo ayuda a despertar? Amán lo hace diciendo: ‘Destruyamos, desde la base, esta raíz que podría despertar el deseo de otorgar o la intención de otorgar, ¿por qué deberíamos dejarla? ¡Soy el rey!»

Cuando alcanzamos esa altura del deseo de recibir, que quiere controlar todo con intención de recibir, descubriremos que el deseo de recibir es materia inmutable, pero la intención de recibir es incorrecta y podemos controlar el deseo de recibir, con la intención de otorgar. Aunque la intención de otorgar está en contra de la naturaleza y es muy débil en contra de nuestra conciencia, comprensión y naturaleza misma y ​​además, el rey, es decir, el Creador, no la apoya, sin embargo, aún está allí, ¿cómo podemos luchar en contra? La intención de otorgar es demasiado débil, demasiado tenue y delicada para enfrentarse a Asuero que apoya a Amán con el poder del mal.

Pero hay una parte del deseo de recibir que se llama ‘judíos’ (Yehudi), esta parte posee la fuerza potencial de unidad. Si una amenaza grave se cierne sobre ellos, se unirán. A pesar de que esta unidad se les impone, provocada por el temor de la destrucción, de cualquier forma, atrae la Luz que reforma, la fuerza superior. La fuerza superior despierta al rey Asuero, que inicialmente apoyó a Amán, pero después de la unidad de los judíos, completa y felizmente apoya a Mordejai.

Todo depende del grupo, que potencialmente es llamado, ‘judíos’ (la palabra hebrea para ‘judío’ [Yehudi] viene de la palabra ‘unido’ [Yihudi]). Así, cuando se unen, primero por coerción y luego voluntariamente, logran una gran fortaleza, primero para controlar al rey Asuero y después, para destruir el poder de Amán, la inclinación al mal que podría haberlos destruido fácilmente.

Todo esto fue hecho por su unión que atrajo la gran fuerza, que los ayudó a unirse aún más y luego, actuando con el poder de la unidad, sometieron el poder de separación, el poder de Amán.

Lo hacen en cada grado y estado, porque esa es la corrección y en Purim se representa como un milagro. Purim es una enorme voluntad de recibir, en sus 32 partes, que no es posible de corregir directamente. Por eso se considera un milagro, porque podemos corregir gradualmente 288 partes del deseo de recibir, en los 125 grados y el corazón de piedra, se une a toda la corrección, aunque no aparece. Sólo en la acción final, el corazón de piedra surge y es corregido por las 288 partes y las 32 partes también entran en la corrección, de una sola vez. Y así, llega la Luz del fin de la corrección.

En Purim, podemos ver todo el proceso de corrección: el exilio y la liberación de todas sus formas. Por eso, Purim comienza con la lectura del capítulo Recuerda lo que Amalek te hizo. La intención de beneficio propio, llamada inclinación al mal o Amalek, nos acompaña todo el tiempo y precisamente gracias a Amalek, llegamos al Creador.

Si no fuera por esta inclinación al mal, nunca hubiéramos provocado la unidad, nunca hubiéramos revelado nuestra separación del Creador y no hubiésemos logrado ser semejantes en forma a Él. Es imposible lograr adhesión sin ayuda de esa fuerza maligna que trabaja en la línea izquierda.

Por eso, debemos recordar lo que Amalek nos hizo. En cada estado, el Creador nos envía ayuda en contra y esta es una gran ayuda. Solo necesitamos saber cómo relacionarnos correctamente con estas fuerzas de la naturaleza.
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De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 27/feb/18, Escritos de Rabash, artículo 21

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