Rosh HaShaná es una nueva etapa del camino

Rosh HaShaná es el comienzo de un nuevo período y debemos tratar de renovar todas nuestras fuerzas y lo más importante las que están dirigidas a nuestra conexión para que sea digna de convertirse en un nuevo capítulo, el comienzo de un nuevo tiempo.

 

El trabajo es elevarse por encima de la razón egoísta en la que nos encontramos como resultado del pecado de Adam HaRishon, es decir, debido a la inclinación al mal que gobierna dentro de nosotros. Es necesario intentar por todos los medios permanecer en la fe por encima de la razón, en la medida de lo posible, para que todos estemos juntos como un solo hombre en un solo corazón dirigido al Creador.

 

Requerimos conectarnos unos con otros, captar al Creador con nuestras oraciones y no soltarlo con peticiones, llamamientos y esperanzas hasta que sintamos que estamos junto a Él y que todos somos como un solo hombre conectado con el Creador; esto será llamado el comienzo del año, el comienzo de la renovación, Rosh HaShaná.

 

El pecado de Adam nos permite sentir la distancia que nos separa del Creador y nos da la oportunidad de dar pasos hacia Él.  Es como un bebé que recién está aprendiendo a caminar, por eso los adultos lo apoyan, lo ayudan a dar los primeros, pequeños e inciertos pasos, para que una persona con la ayuda del grupo pueda avanzar y dar pasos hacia el Creador.

 

Una persona confía en el grupo, descubriendo cada vez que no es capaz de hacer nada por sí misma y que cae inmediatamente en cuanto se queda sola, luego vuelve a levantarse, como está escrito: “Mil veces el justo caerá y se levantará nuevamente”. Así es como una persona aprende a ir al Creador y a acercarse a Él con cada paso.

 

La fe es la Luz que permite a la persona trabajar para acercarse al Creador haciéndose similar a Él.

 

La festividad de Rosh Hashaná es una renovación que aplica a todos los seres creados que están entrando en un nuevo período, con nuevas condiciones en su relación con el Creador y por lo tanto, pueden marcar para sí mismos una nueva etapa en el camino.

 

Percibir una nueva realidad:    ¿Hubo realmente un Adam HaRishón?

 

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