Salir de Egipto cada día

Antes que nada es necesario conectarse con el Creador y luego, tratar de percibir todos los obstáculos en ese punto de conexión y usarlo para intensificar la conexión con el Creador, en lugar de profundizar en nuestros problemas diarios.

Debo dejar todos mis temores y preocupaciones y adherirme a ‘No hay nada más que Él’. Me conecto al Creador, a esta realidad única que existe, como un punto, como al inicio de la creación.

‘He aquí que antes de que emanaran las emanaciones y se crearan las criaturas, la Luz superior simple había llenado toda la existencia. Y no había vacío, tal como una atmósfera vacía, un hueco o un hoyo. Todo estaba lleno de Luz sencilla e ilimitada’. Y luego, en esa Luz, un punto negro se solidificó, opuesto a la Luz en su deseo de recibir.

¡Pero se anula completamente ante la Luz y yo quiero hacer exactamente lo mismo! Y después, lograr adhesión con la Luz en este punto único, en otras palabras, en todo lo que me sucede sólo veo al Creador, podré empezar a abrir mi mente, mi corazón, mis pensamientos y mis deseos en la medida en que pueda relacionarlos con el Creador

Yo mismo no tengo nada; soy sólo un punto. Ninguna de mis sensaciones me pertenece, todas son enviadas por el Creador, para que me adhiera a Él aún más. Así, mi punto de adhesión comenzará a expandirse por encima de los disturbios y aumentará mi grado de conexión con el Creador. Veré que no fueron obstáculos en absoluto. En realidad son ‘ayudas en contra’, pues para mí, este punto está en oposición al Creador, pero me ayuda a fortalecer cada vez más nuestra adhesión.

No siempre puedo relacionar todo al Creador, aunque entiendo que así debería ser. Pueden surgir tales problemas y temores que no pueda mantener mi adhesión con el Creador. El signo de adhesión es alegría al saber que no hay nada más que Él, el bueno que hace el bien. Cuando estoy en adhesión con Él me siento completo y perfecto, porque quien esté en adhesión con la perfección también es perfecto.

Sin embargo, si no hay alegría estoy en el exilio y no en la adhesión con ‘No hay nada más que Él’.

Estoy en el trabajo y me siento en el exilio, perdiendo innecesariamente mi tiempo. Alguien trae todas estas tareas y tengo que perder mi vida en ellas. No hay salida, debo seguir, pero teniendo constantemente la intención de que, junto con esta actividad, me estoy conectando con el Creador y anulándome ante Él. Específicamente con mi trabajo, los problemas y el llamado mundo ilusorio, puedo fortalecer mi conexión.

Y si logro la adhesión dejo de experimentar este mundo, desaparece. En lugar de separado, se vuelve unido, en lugar de ocultar la pantalla, se revela.

Convierto el exilio en liberación, sólo cuando conecto todo al Creador, es suficiente. Toda la diferencia entre Egipto e Israel es que el mismo deseo que se reveló en Egipto cambia su intención a otorgamiento después de atravesar el desierto y entrar en la tierra de Israel. Por eso, cada día deberíamos vernos saliendo de Egipto.

Cada día debe dedicarse a lograr la adhesión con el Creador; así es como revelo que estoy en exilio. Y cada día tendré que trabajar para adherirme al Creador sobre todas las distracciones y convertir mi inclinación al mal en bien, para convertir al ángel de la muerte en el ángel de la vida.
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De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá, 7/mar/18, Escritos de Rabash, «La oración real está por encima de la deficiencia»

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