Sustento durante el tiempo de preparación: insípido pero nutritivo

Pregunta: ¿Cómo puedo llegar a un estado en el que sólo pida y me preocupe por una única cosa? ¿Cómo hacer para que sólo me interese encontrar el lugar de la revelación del Creador, a fin de deleitarle y anhelarle, tanto con el corazón como con la mente?

Respuesta: Semejante estado es sobrehumano; está por encima de mi naturaleza. Soy incapaz de lograrlo, y no quiero tener nada que ver con eso. No soy capaz de anticipar nada de lo que sentiría si tuviera que revelar al Creador. Cuando se habla de preparar un lugar para Él, de otorgarle, actúo como si ahuyentara todos los placeres posibles, dejando atrás solamente un regusto rancio.

Entonces, ¿cómo puedo cambiar mi actitud? Después de todo, el lugar de la revelación del Creador necesita existir en mi deseo. Tengo que desearlo profundamente; necesito querer sentir el placer del Creador.

Con el fin de hacer del objeto de mi preocupación algo contrario a mí mismo, tengo que cambiarme. Los cabalistas dicen que hay una fuerza en el mundo que puede hacer eso pero, primero tengo que preparar y realizar la petición: realizar el trabajo que realmente depende de mí, no el sobrehumano sino el que está a mí alcance.

Y, entonces, comienzo la preparación, con otros como yo, a través del estudio correcto y el medio ambiente. Aquí, cada acción está en mi poder. Las sensaciones puede que no sean totalmente agradables, y quizá esté en constante búsqueda, pero consigo así encontrar el combustible para avanzar.

Yo mismo me abastezco de fuel a través de falsos estados, expresando y soltando con ello la envidia que llevo dentro. Cuando miro a los amigos, me pongo celoso: Ellos son mejores y más inteligentes que yo. Tal vez algunos de ellos ya están sintiendo la realidad espiritual. Quién sabe, puede que esté sentado junto a alguien que ya la siente, mientras yo sigo sumido en la ignorancia.

Si recogemos las directrices de las que nos hablan los cabalistas e intentamos ponerlas en práctica en nuestro entorno, elevándonos por encima de la razón, con la ayuda de la envidia, entonces, comenzaremos, verdaderamente, a corregir la Shechiná, el mismo lugar en el que vamos a recibir al Creador para Su beneficio.

Ésta es una hazaña posible. Tan sólo debo llevar a cabo cuantas más acciones mecánicas e insípidas yo pueda, bajando la cabeza ante el medio ambiente. En esta «sumisión» ante los amigos está la clave del éxito.

(22041 – De la primera parte de la lección diaria de Cabalá del 27 de septiembre 2010. Qué es en el trabajo Israel, cuya Divinidad en el exilio está con ellos.)

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