Tanto la recompensa como el castigo están a mi favor

Dr. Michael LaitmanTorá, “Deuteronomio” “Ekev” 7:14 – 7:15: Bendecido serás más que todos los pueblos, no habrá hombre ni mujer estéril en medio de ti, ni tampoco entre tus animales. Hashem quitará de ti todo padecimiento. Y todas las enfermedades malignas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti sino las infligirá sobre todos tus enemigos.

Todo lo que te parece malo en tu vida son golpes al egoísmo y no a tí. Aceptemos que ahora yo conecto con mi egoísmo y trabajo para él. Luego comienzo a alejarme de éste gradualmente, entonces todos los golpes que vienen pasan a través del egoísmo y no a través de mí. Me alegro que mi egoísmo reciba golpes porque eso me ayuda a alejarme de éste cada vez más. Por lo tanto, los golpes y castigos de los que habla la Torá me ayudan a avanzar más lejos.

Los siento no como castigos, sino como cualidades egoístas que aparecen en mí para mostrarme cuánto me daña el egoísmo, cuánto siento el dolor, los sufrimientos y los problemas en éste y cuánto lo odio. A través de estos castigos puedo alejarme del egoísmo más y más hasta que alcanzo el estado llamado la tierra de Israel. Por lo tanto, está escrito “y todas las enfermedades malignas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti sino las infligirá sobre todos tus enemigos” es decir sobre mi egoísmo y yo me moveré cada vez más lejos de Egipto hacia la tierra de Israel.  

Resulta que tanto las recompensas como los castigos están a mi favor. Si observo todo correctamente, tanto lo positivo como lo negativo están incluidos en el resultado.

Lo más importante es con qué enfatizo yo, con mi egoísmo, mi “yo” o con ese punto en el corazón que me guía hacia la espiritualidad. Sólo necesitamos mantenernos sobre el punto en el corazón que desea estar por encima del egoísmo y evalúa nuestros estados correctamente. Y entonces no necesitamos ninguna otra cosa.  

Incluso si una persona se colapsa y de repente se permite algunas cosas, déjenla hacerlo, pero bajo control. “Y ahora me permito perderme por media hora”. No importa lo que haga, pero sabe que está deliberadamente saliéndose por esta media hora de su vida, significando que no desaparecerá por sí misma.

En otras palabras, si tiene un deseo persistente, es mejor rendirse a éste por media hora al día de modo que no se pierdan las restantes 23.50 hrs. Por cierto, los psicólogos aconsejan lo mismo, deshacerse del deseo obsesivo. Esto es igual a que una persona está obligada a comer, ¡el cuerpo lo demanda!
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De Kabtv “Secretos del libro Eterno” 13/abr/16

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