Todo depende del enfoque correcto

No nos damos cuenta de que toda nuestra visión del mundo pasa por el prisma de la sociedad humana. La diferencia entre el nivel animado y el nuestro, el nivel humano consiste precisamente en el hecho de que construimos un entorno.

Solíamos vivir en manadas, justo como los animales. Pero después comenzamos a organizar relaciones especiales entre nosotros, organizando a las personas de acuerdo con una jerarquía, y distribuyendo funciones. Mediante esto nuestro desarrollo tomó un carácter social aun cuando se desplegó de manera egoísta, natural, instintivamente, mediante el mandato de la naturaleza. Pero estábamos convirtiéndonos en humanos.

No podemos siquiera imaginarnos cómo sería vivir completamente solos, sin ninguna memoria de la sociedad humana. En esta situación una persona viviría sola, en el nivel de un animal.

A partir de esto es claro que no percibimos la realidad como es, sino a través del entorno. La sociedad me ha educado, dotándome con hábitos y modelos que me dictaron cómo observar lo que está sucediendo, cómo evaluar las cosas, y cómo aceptar todo lo que veo. Mi mente y sensaciones están programadas de acuerdo con el sistema de valores que la sociedad me ha condicionado a tener en el transcurso de los primeros veinte años de mi vida. No veo al mundo como es, sino la imagen que me impuso la sociedad.

De la misma manera, en la sociedad espiritual tenemos que darle a la persona nuestra visión del mundo, canalizada a través del prisma del amor, la aspiración a otorgar a otros en lugar del beneficio personal. El otorgamiento tiene que adquirir la importancia más grande ante los ojos de cada persona.

Al mismo tiempo la visión del mundo de la persona aun estará construida con base en el programa «instalado» en él por la sociedad. Esto es natural porque es la única manera en la que puede observar al mundo. La persona por sí misma es sólo «un punto de observación», mientras que el análisis y entendimiento viene de las normas de la sociedad, la cual le dice: Esto es importante y esto no, esto significa algo y esto algo diferente. Es como si construyéramos una matriz frente a la persona a través de la cual ella ve la Luz superior. De otra manera sería imposible verla.

Por otra parte, ahora mismo observamos la Luz superior a través de la matriz de la sociedad humana. Este es nuestro mundo.

Entonces, tenemos que incluirnos al máximo en el grupo, usando los materiales de Baál HaSulám y Rabásh. Así es como construimos una nueva visión del mundo dentro de nosotros. La notamos muy claramente al ver a los principiantes. Ellos llegan a la lección o conferencia como si vinieran de otro mundo, pero gradualmente adoptan una dirección ligeramente diferente, una perspectiva diferente, y valores diferentes. Gradualmente nos acercamos a ellos y cambian su punto de vista, la «polarización» de su imagen de  percepción. En el mismo mundo, una forma diferente de ser surge ante ellos.

La conferencia termina, la conexión conmigo se corta, y todo desaparece. La próxima vez regresan desenfocados otra vez, con una «resolución» distorsionada. En cada conferencia toma tiempo enfocarlos de nuevo, reunir en uno solo los detalles que se difuminan en sus ojos.

No soy capaz de hacer esto siempre. Tienes que enfocarte por ti mismo mediante la unión de manera que cada acción mutua te mantenga constantemente en el enfoque espiritual. Tiene que enfocarse un poco más y después un poco más aun, como si estuvieras ajustando la resolución en unos binoculares al hacer girar dos lentes de manera que se dirijan hacia el mundo espiritual al mismo tiempo. Cuando logres esto, inmediatamente revelarás el mundo espiritual.

Todo está determinado por el amor entre amigos. Este es el «foco» que nos permite ver al Creador. Los amigos reúnen mis sensaciones y mente hacia una dirección, hacia el amor por el prójimo, y luego exigen que vea sólo hacia ellos y que piense sólo acerca de cómo ayudarlos. Me concentro constantemente en esto y por medio del grupo enfoco mi atención hasta el más mínimo detalle. Así es como revelo al Creador.

(De la 5º Lección, Convención WE! del 4/1/11, el propósito del grupo)

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