Tenemos dos partes: el cuerpo físico y el alma. Al cuerpo, conforme con su desarrollo social, le hace falta lo «necesario» para un nivel medio de vida. Todos los demás esfuerzos deben concentrarse en el desarrollo del alma, porque es la única razón de nuestra existencia.
Todas las actividades en nuestro mundo, que no tengan ninguna necesidad vital, de hecho hacen mucho daño, ya que desvían a la gente del desarrollo espiritual y les impiden hacer la corrección por el camino rápido. Enredan nuestra vida llenándola de placeres efímeros, y cuántos esfuerzos nos cuesta librarnos de todos estos desechos y comenzar a discernir lo que es realmente importante para nosotros.
Sin embargo, todo el mundo da una enorme importancia precisamente a estos desechos, incrementando cada vez más su importancia y falsa necesidad. El resultado es que toda la humanidad se dedica a actividades inútiles.
Si la gente, incluso aquellos que aún no tratan de descubrir el mundo oculto, recibiera una educación adecuada, ésta la conduciría al desarrollo correcto y nuestro mundo tendría un aspecto completamente diferente.
Pero en realidad, todas nuestras actividades inútiles sólo conducen al mundo al presente estado de crisis…
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